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FRÍO

Deshollinador: un oficio en extinción al que la crisis energética ha resucitado este 2023

El frío de estos días y el encarecimiento de los combustibles ha hecho que aumente el uso de las chimeneas y resurja este negocio

IBAN ANSA /
Los bomberos de la DPH actúan sobre la chimenea de una vivienda. / DPH
icono foto Los bomberos de la DPH actúan sobre la chimenea de una vivienda. / DPH

La de deshollinador es una profesión que prácticamente había desaparecido. Sin embargo, el frío de esta última semana y el encarecimiento de los combustibles ha hecho que aumente el uso de las chimeneas y resurja este negocio. 

La crisis energética ha hecho que este oficio vuelva a tener mucha demanda. Y eso a pesar de que, según la Asociación de Deshollinadores de España, apenas quedan 250 en nuestro país. "La gente vuelve a dar uso a las chimeneas e incluso los hay que han decidido instalarse una nueva", explica Gorka Eraso, propietario de Deshollinados Aragón. Afirma haber notado un incremento estos días en el número de servicios que realiza, tras la fuerte bajada de las temperaturas, aunque su mayor carga de trabajo llega en verano, estación en la que se debe acometer el mantenimiento de las chimeneas.

La vicepresidenta de la Asociación de Deshollinadores de España (ASDE), Izaskun Furundarena, alerta de la obligatoriedad de revisar las chimeneas anualmente, aunque no sea necesaria su limpieza. De hecho, el deficiente mantenimiento de las chimeneas provoca un centenar de incendios cada invierno en Aragón. Solo en la provincia de Huesca, se producen 60 siniestros al año por esta causa.  

Un sistema rotatorio de cepillos

De poco sirve recurrir a clásicos del cine como Mary Poppins para entender en qué consiste exactamente su labor porque esta se ha modernizado mucho. "Ahora se utiliza un sistema rotatorio de cepillos que se encargan de despejar las paredes del conducto", detalla Eraso. Posteriormente, "mediante un aspirador se recoge todo lo que cae, a través de un sistema especial que evita que la estancia se manche", añade. Furundarena también resta épica a lo de descolgarse desde arriba: "Se hace muy ocasionalmente, ya que la tecnología permite hacer casi todo desde abajo".

El hollín, un residuo peligroso

El hollín es un subproducto de la combustión que se va almacenando en las paredes de la chimenea. Para prevenir posibles incendios e intoxicaciones es necesaria su extracción. "Si hay mucha cantidad acumulada y le alcanza una llama, puede volver a arder", alerta Eraso. Y eso provocaría un incremento en la temperatura del conducto, que no está preparado para soportarla y que derivarían en un incendio. Un mantenimiento periódico mejora el rendimiento de la chimenea y facilita su limpieza.

En un tiempo en el que todo lo relacionado con la sostenibilidad copa buena parte de la actualidad, desde la ASDE piden "otorgar más protagonismo a la leña y el pellet, dos combustibles ecológicos, neutros en emisiones al arder". Otro aspecto favorable a la leña, tal y como señala Eraso, es que sigue siendo "el combustible más barato en coste por kilovatio de energía generado". Y remarca: "Se produce en nuestro país y es menos contaminante que una caldera de gas". 

Consejos para encender la chimenea

Una chimenea no es una incineradora. Para que ofrezca un buen rendimiento es necesario "usar leña seca con un porcentaje de humedad de entre el 15% y el 18%", recomienda Eraso. Para evitar sustos es importante tener en la vivienda un detector de humos que se active en caso de que se esté produciendo una emanación de monóxido de carbono. Tampoco es aconsejable usar la chimenea como secador de ropa porque es muy probable que la alta temperatura que genera termine por quemarla.