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OBLIGATORIAS DESDE HOY

Aragón no espera muchas afecciones por las PCR para los franceses

Se intensifican los controles policiales en los tres pasos fronterizos con Francia, Somport, Portalet y Bielsa. Sus habitantes lamentan que los vecinos ya dejaron de venir por anteriores restricciones

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Imagen de un control en la frontera entre Francia y España este martes

A partir de este martes todos los viajeros procedentes de Francia por vía terrestre deberán presentar una prueba PCR o TMA negativa, realizada como mucho 72 horas antes. Una medida que ya se exigía para entrar en barco y avión, pero no por carretera. Según la orden publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del pasado sábado, "se trata de una medida urgente y necesaria, especialmente ante la situación epidemiológica (...) con la aparición de nuevas variantes". Un hito por el que, sin embargo, no se esperan grandes afecciones en Aragón, que presenta tres pasos fronterizos con Francia: Somport, Portalet y Bielsa.

Tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil ya habían intensificado los controles fronterizos desde el pasado viernes, debido a la Semana Santa, para evitar los desplazamientos no justificados. A estos controles se suma a partir de este martes la exigencia de tener la PCR negativa. Estará en vigor hasta que el Gobierno "declare la finalización de la situación de crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19".

Francia exige la misma prueba desde el pasado 31 de enero por lo que, según el alcalde de Canfranc, Fernando Sánchez, "la medida no se notará, ya que la misma PCR que se pide para entrar, es la que se puede utilizar luego para volver a Francia. Sí se notó, sin embargo, a finales de enero, cuando el país vecino la puso en marcha". Se calcula que desde entonces el tráfico por el Somport ha caído un 3%. 

También el paso de Bielsa ha visto reducido el tráfico un 17% desde entonces y la medida, considera, el alcalde de Bielsa, Miguel Ángel Noguero, "va a afectar, pero no más de lo que ha afectado ya, porque ya había existía a la inversa. Todo lo que es turismo ya se había cortado con la medida francesa". 

Tampoco lo notarán en Astún, la única estación de esquí abierta en el Pirineo aragonés, asegura Alejandro Madrid, el director de la estación, "ya que, como Aragón está confinada, los franceses ya no podían venir a esquiar".

La orden del BOE deja fuera de la obligatoriedad de presentar la prueba negativa de la COVID-19 a los camioneros, los trabajadores transfronterizos y a aquellos que viven a 30 kilómetros a la redonda. Muchos pasan a España para hacer compras y podrán seguir haciéndolo sin necesidad de tener la PCR. "Venían los franceses que podían dentro de la franja de 30 kilómetros, sobre todo, a comer o a comprar tabaco y alcohol, y estos seguramente lo seguirán haciendo", asegura Noguero.

Para los comerciantes del paso fronterizo del Portalet, esto se añade "a un invierno que ha sido fatal", señala Eduardo Guillén, gerente de la Venta Petruso. Los que viven en Pau que están a 80 kilómetros no vienen ya a comprar, y asegura que, de media, las ventas se han reducido a la mitad desde el inicio de la pandemia. "Francia ha tenido dos confinamientos severos y hemos notado que la gente está más asustada. En el turismo se nota una barbaridad. Cada semana trabajamos un poco menos". Jacques, gerente de la Venta Anayet y también comerciante en el Portalet, ha optado por abrir solo el domingo, "porque no hay casi nadie. Estamos desesperados". 

En estos negocios trabajaban hasta 200 personas y ahora el desempleo se ha disparado hasta un 92%, asegura el alcalde de Sallent de Gállego, Jesús Jericó. Una situación por la que pide "alternativas hasta la inmunidad del rebaño, hasta que seamos capaces de conciliar lo sanitario y lo económico".

La medida se adopta cuando este fin de semana se celebran las vacaciones de Semana Santa y a dos de que Francia comience sus vacaciones de primavera. Rafael, profesor en un instituto al lado de Perpiñán, piensa venir igualmente a ver a sus padres y abuelos, que viven en Zaragoza y Huesca, porque los test PCR son gratuitos en Francia y puede conseguir un reembolso de la prueba que se haga en España para volver, así que "ni el precio ni el engorro son factores que me hagan pensármelo". El único elemento "que pudiera ser disuasorio y que es un verdadero engorro es que cada comunidad autónoma va por libre en cuanto a cierres perimetrales y provinciales". Asegura que "a ningún francés que conozca parece importarle hacerse una PCR, máxime si es para poder disfrutar del sol y de los bares".


 

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