Del 'progresa adecuadamente' al 5 o al sobresaliente: ¿cómo han evolucionado los boletines de notas?

Con las vacaciones de Navidad a la vuelta de la esquina, llegan los temidos (o esperados) boletines de notas. Esas cuartillas en formato díptico y de cartulina, antes, un folio o un archivo digital, ahora, en el que se evalúa a los alumnos. Con un 'progresa adecuadamente', un 'conseguido', notas del 0 al 10 o del insuficiente al sobresaliente, los profesores dan por cerrado el trimestre. 

Los boletines han ido cambiando al tiempo que lo han hecho las diferentes leyes educativas y, este diciembre, los estudiantes de los cursos impares percibirán en sus notas los cambios. Si antes se ponían calificaciones numéricas ahora son cualitativas. Es uno de los efectos de la aplicación de la Lomloe, que solo afecta a primero, tercero y quinto de Primaria, primero y tercero de la ESO y primero de Bachillerato (aunque en este último, las notas son numéricas). El resto de cursos siguen con las antiguas notas este 2022-2023, las de la Lomce. 

En los boletines que, durante esta semana y la pasada, están recibiendo los alumnos, la principal diferencia respecto al pasado periodo lectivo es que en Primaria desaparece el apartado para evaluar las competencias, porque se entiende que estas ya se valoran en cada área, y en la ESO la calificación cualitativa sustituye a la numérica, algo que ya se hacía en los colegios, tal y como confirman desde el departamento de Educación. En Bachillerato se mantienen las notas hasta el 10.  

Realmente, para las familias no supone un gran cambio, salvo en el caso del insuficiente, porque ese engloba desde el 0 hasta el 4. "Esta es una de las cosas que genera posiciones encontradas entre los profesores. Mientras unos lo ven más inclusivo, otros creen que es menos justo", explica Pilar García, presidenta de la Asociación de Directores y Directoras de Institutos de Educación Secundaria en Aragón (Adiaragón).  

Otro de los cambios con la Lomloe es que las asignaturas de Atención Educativa y Religión, aunque se evalúan, no median para la nota final. 

Lo que no ha se ha modificado en los últimos años, pese a los cambios de ley, es que haya tres evaluaciones y una final. Así lo recuerda Ricardo Civera, presidente de la Asociación de Equipos Directivos de Infantil y Primaria de Aragón (Aedipa). Aunque, en algunas épocas,  como cuando se cursaba EGB sí había hasta cinco evaluaciones durante un mismo curso. 

"Con el tiempo ha habido una progresión de mayor objetividad en el tratamiento de la información y su propia aplicación", añade Civera.  

Del expediente de María Moliner y otras

Si se retrocede más de un siglo atrás, se comprueba que el sistema de evaluación de las escuelas tampoco ha cambiado tanto. El expediente de la filóloga aragonesa María Moliner, que se guarda en el archivo del Instituto Goya de Zaragoza, donde ella estudió, muestra una estructura del boletín de notas que es casi la misma que la actual. 

En la calle, cuando se pregunta a la gente por sus notas, recuerdan cómo eran los formatos: "Amarillos y doblados por la mitad, de cartón duro", "me acuerdo que se los mandaban a mis padres al pueblo", "en Primaria, sobre todo, te valoraban con el 'progresa adecuadamente'...", "yo creo que me pusieron notas de las dos maneras: de número y con notable, sobresaliente...". 

Y ese cambio de números a letras ha marcado la diferencia en cada momento. Puede verse también en el expediente de Fernando Lázaro Carreter, otro de los que se guardan en el archivo del IES Goya. Sus sobresalientes se convierten en números 10 a partir de 1938, cuando entra en vigor la Ley de la Enseñanza Media.

"Al haber tenido distintas leyes, como consecuencia, se han producido cambios en el currículum y, por tanto, modificaciones en la forma de evaluar que se refleja claramente en los boletines", explica Ana Íñigo, directora de este instituto zaragozano.