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CURSOS DE VERANO

Del miedo a la fascinación por las brujas, los vampiros o los muertos vivientes

La Universidad de Zaragoza realiza un curso extraordinario del 25 al 27 de julio en Jaca, sobre la poética de lo tétrico

MADALINA PANTI /
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Drácula, Frankestein o el Hombre Lobo son personajes ampliamente conocidos que surgieron en el mundo de la literatura para aterrorizar al lector de cualquier época. Pero fue el cine el que los convirtió en los 'mitos del terror'.

¿Por qué nos dan miedo estas criaturas? ¿Por qué las seguimos viendo o leyendo? Son algunas de las preguntas que busca responder el curso extraordinario de la Universidad de Zaragoza que se celebrará en Jaca del 25 al 27 de julio, bajo el título de “Brujas, vampiros y muertos vivientes: Poética de lo tétrico”. Es su quinta edición y tiene una alta demanda cada verano. Francisco Javier Rubio Orecilla, uno de los coordinadores y ponentes del curso, comenta que la mayoría de las imágenes creadas sobre algunos personajes de terror se remontan a la época de los griegos y romanos. Asegura que el objetivo del curso consiste en "revelar los orígenes y analizar antropológicamente esas figuras para intentar desvelar la capacidad de atracción que tienen".

En cuanto al estudio del género, este profesor subraya que los que más se acercan a estos cursos suelen ser personal universitario: “Ocasionalmente han venido por afición al terror, pero suelen ser estudiantes de posgrados o profesores de secundaria que se acercan por tener una actualización y entrar en comunicación con su alumnado”. 

El curso extraordinario pretende desvelar de dónde surge la atracción por este género. Cine.

Personajes arquetípicos del terror

Una de las áreas que aborda el curso es explicar el género y sus límites. Los docentes presentarán un análisis sobre la figura de las brujas, los vampiros y los muertos vivientes desde su origen popular y cómo han logrado pervivir durante los años: "El vampiro eslavo original tiene muy poco que ver los vampiros modernos que son prácticamente animales, casi no tiene apariencia humana. Ahí hay una larga transformación hacia el vampiro romántico o neorromántico donde intervienen el miedo a la ruptura de la intimidad porque entraba por la noche por la ventana", aclara Rubio. También destaca que respecto a las brujas se ha producido un cambio sociocultural, "ahora son buenas, encantadoras y tienen gatos" y que es un personaje que "está metido dentro de la bandera del feminismo".

A partir de películas como 'Blade', en la que un vampiro infectado persigue a otros vampiros, o novelas como las de Stephen King han alimentado la cultura del miedo. Asimismo, como consecuencia de la pandemia, comenta que también ha surgido el interés por la temática postapocalíptica de la infección zombi: "El vampiro y el zombi en las últimas décadas se han convertido en enfermos de un virus y con la pandemia, pues se asocia a eso".

La brujería ha experimentado un cambio sociocultural. iStock.

Miedos contemporáneos

El género del terror abarca un público muy amplio, existen desde películas para adolescentes en las que se muestra una matanza, al terror psicológico en películas como 'Los otros' de Amenábar, o al género policíaco como por ejemplo 'El silencio de los corderos' donde hay fantasía y terror a la vez. Según Rubio, estamos asistiendo a un cambio: “En el siglo XIX daba miedo el infierno o las ultratumbas. Ahora lo que asusta es la enfermedad o los asesinos en serie”. En la actualidad, el miedo sociológico lo crean las novelas o películas que combinan fantasía y realidad. Gran ejemplo de ello son las novelas de Stephen King o los documentales sobre asesinatos que se distribuyen en varias plataformas: "En el documental se vende la parapsicología, es un terror psicológico que juega con las casi creencias".

El docente también menciona la obra de Thomas De Quincey titulada 'Del asesinato considerado como una de las bellas artes' en el que se explica la fascinación que hay hacia el crimen y el motivo por el cual la gente mira las escenas de un crimen, los sucesos del periódico o por qué se baja la velocidad para mirar por el rabillo del ojo en un accidente. De Quincey los denomina en su libro como "aficionados al asesinato" que cuando aparece un nuevo horror, "se reúnen para criticarlo como si fuera un cuadro, una estatua u otra obra de arte".

Además Rubio recalca que lo más importante es que se el terror ofrece al espectador una una perspectiva segura: "Tú sabes que el que sale en la pantalla no existe, si tu aceptas creértelo en algún momento, tienes esa sensación de terror y adrenalina que de otra manera no se produce".