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FINAL DE CURSO

¿Deberes sí o no? 158.000 estudiantes aragoneses terminan hoy las clases

Psicopedagogos y asociaciones de padres de alumnos recomiendan aprovechar las vacaciones de verano para descansar, interactuar con amigos y hacer otras actividades de ocio y cultura, como leer o visitar museos

ARAGÓN NOTICIAS /
Un niño haciendo sus deberes. / Europa Press.
icono foto Un niño haciendo sus deberes. / Europa Press.

Tras un intenso curso escolar, este miércoles, 22 de junio, los casi 158.000 estudiantes de Infantil, Primaria y Secundaria de la Comunidad inician las ansiadas vacaciones de verano. En total casi 80 días libres por delante hasta que dé comienzo el curso 2022-2023, el próximo 8 de septiembre. Y es el momento en el que las familias se plantean si el parón para los niños y adolescentes tiene que ser total o parcial: ¿deberes sí o no? 

El presidente de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía, Juan Antonio Planas, ofrece algunas pistas acerca de cómo afrontar los primeros días de vacaciones: "Inmediatamente tras terminar las clases conviene romper drásticamente con la inercia del curso. Así como los más más mayores se van a Salou tras los exámenes de la EvAU, conviene que los alumnos de todas las etapas tengan unos días para relajarse, ya sea en la playa, la montaña, la piscina o con actividades lúdicas", expone Planas.


Un campamento de verano. / Ayuntamiento de Tomares

Pero cuando llega el mes de julio, el experto recomienda retomar algunos hábitos. "El verano no es para abandonarse, el alumno debe de tener unas pautas, un horario, como el de levantarse y acostarse, por ejemplo despertarse sobre las 09:00 y acostarse a las 23:00 o 00:00. Al menos que duerman ocho horas como mínimo. Y luego, hacer actividades que no se hacen durante el año, de ocio y tiempo libre, a ser posible en contacto con la naturaleza, y descubrir el inmenso patrimonio cultural y paisajístico de la Comunidad", explica Planas. 

Momento para otras actividades

Para la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Aragón (Fapar), en el verano se tiene que tener en cuenta "la necesidad de desconexión del alumnado para recargar las pilas de cara al inicio del próximo curso".

La secretaria técnica de Fapar, Nieves Burón, manifiesta su oposición a que se manden tareas desde el centro escolar: "No defendemos que el periodo vacacional sea una continuidad de la actividad curricular. Se pueden llevar a cabo muchas actividades en familia, de ocio, formativas, y que no están relacionadas con leer un libro, hacer un resumen o contar nuestras vivencias. Estamos en contra de que se mande desde el centro el típico libro de vacaciones, que además de tener un coste ambiental y para las familias, supone una continuidad del trabajo en clase". 

Burón opina que los profesores pueden "recomendar libros de lectura", pero creen que en ningún caso deben "ordenar deberes evaluables que supongan un castigo o una merma en las calificaciones". 

Por su parte, Conchita Ibáñez, presidenta de la Federación Cristiana de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Aragón (Fecapa), coincide en que el verano "es una época para descansar y hacer otras actividades que también ayuden a los alumnos a desarrollar todas esas competencias que han visto durante el curso". Por eso, cree que debe de haber tiempo para diferentes actividades: "Los viajes en familia pueden ser muy positivos, en los que también se puede aprender haciendo otras actividades". 

Ibáñez tampoco es partidaria de un cuadernillo de vacaciones "estrictamente", pero sí ve muy recomendable contar con libros de lectura para los más pequeños con los que puedan disfrutar. Y explica: "Es muy positivo que tengan actividades para que no se desenganchen de todo lo adquirido durante el curso, actividades que de una manera también lúdica les sirva para aprender". 

Muy importante la interrelación

El presidente de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía también pone el foco en la importancia de que los niños mantengan en verano interrelaciones físicas con sus iguales: "Vemos que muchos tienen amigos virtuales y pocos contactos directos. Tienen que interrelacionarse, que es la mejor manera de desarrollar la personalidad. La vida urbana dificulta el contacto. No deberían pasar mucho tiempo en casa solos viendo la televisión o el móvil"


Una edición del campus infantil de verano de La Alfranca. / DGA

Juan Antonio Planas apuesta también porque en vacaciones los más pequeños hagan ejercicio físico y desarrollen algunas habilidades. "Además de, por supuesto, leer libros, hay que escribir también a mano. Hay habilidades que se potencian desde la más tierna infancia, que favorecen las conexiones neurológicas cerebrales, la lateralidad, el ritmo". Y el psicopedagogo recomienda a los padres que en verano los niños combinen tanto actividades lúdicas como otras más intelectuales, "desde una visita a la naturaleza, hasta montar una construcción de Lego o jugar una partida al Trivial".