Alastuey: “No comprendo que los empresarios no apoyen la subida del SMI"

El secretario general de UGT Aragón, Daniel Alastuey, considera que el acuerdo entre el Ministerio de Trabajo y los sindicatos sobre el SMI logra una subida “razonable” y garantiza avanzar en la senda para que en 2023 represente el 60% del salario medio tras una negociación de un año guiada por el informe del comité de expertos. Un entente del que se han desmarcado desde el primer momento los empresarios, una postura que Alastuey dice no comprender. 

En una entrevista concedida este viernes al programa Despierta Aragón, de Aragón Radio, el líder sindical aragonés  ha considerado un “contrasentido” que la patronal estuviera dispuesta a la subida a partir del próximo 1 de enero y no antes, cuando, además, “los convenios que vienen firmándose recogen una subida salarial del 1,5% de media, similar a la acordada, y en estos no se considera que vayan a restar empleo”.

Un argumento, el del perjuicio para el empleo, que ha atribuido a las “conjeturas” del informe del Banco de España y que queda orillado en detrimento del objetivo de alcanzar los 1.000 euros de salario mínimo en una próxima mesa de negociación, ya en 2022, que, a su juicio, se verá beneficiado por el crecimiento “bastante fuerte” que de la economía se presume por la llegada de los fondos europeos. 

En ese escenario, Alastuey ha apuntado también asuntos pendientes como la permanencia de los ERTES para las empresas sin una clara reactivación, la eliminación de la brecha salarial para acabar con la "explotación" de las mujeres y la negociación de la “contrarreforma” laboral para establecer como “permanente” el recurso de los expedientes temporales ante “cualquier tipo de crisis”, aunque ha considerado que ahora deberán centrarse en la “formación” para favorecer la “recolocación” en otros sectores de los trabajadores afectados. 

Unas materias que se abordarán en un clima de ruptura del consenso alcanzado hasta ahora con los empresarios y el Gobierno que, en todo caso, no preocupa a Alastuey: "Seamos realistas, el diálogo social ha funcionado muy bien durante la emergencia de la pandemia porque el Gobierno impulsaba medidas en favor de los trabajadores, pero que realmente ayudaban a las empresas", ha considerado. En cambio, a su entender, ahora se abre un escenario más polémico, "pero para eso estamos, porque los empresarios deben ser conscientes de que los trabajadores están perdiendo poder adquisitivo", ha advertido. 

En cuanto a la escasez de componentes en la industria y con la factoría de Stellantis en Figueruelas en la mente, Alastuey ha mostrado su “ gran preocupación” por una crisis que ha cogido a todos “desprevenidos” y que hace prever unos 2022 y 2023 complicados porque el sector de la automoción “se está quedando atrás”. Con ese panorama, el secretario general de UGT Aragón ha asegurado que permanecerán atentos a la recolocación de los trabajadores y a “cómo se reparte el esfuerzo” entre el resto de una plantilla “afortunadamente” con muy pocos eventuales en una planta que confía en que siga siendo “puntera” en productividad y  en eficiencia energética y medioambiental en las próximas décadas.