Publicidad
VOCABULARIO

Cuarentenear, rímel o finde, palabras desconocidas que la RAE ha incluido en el diccionario

La Real Academia Española también define vocablos aragoneses como guiñote, ababol, pozal o brincar

SILVIA ROMEO /
icono foto Pila de libros con un diccionario abierto y unas gafas.

¿Habían dicho o escuchado alguna vez el verbo 'cuarentenear'? Es probable que no. Sin embargo, forma parte de la Real Academia Española (RAE) desde noviembre de 2020. Está registrado bajo la definición de "pasar un periodo de aislamiento preventivo por razones sanitarias", aunque en la calle los aragoneses coinciden en que "suena raro". Esta es solo una de las más de 2.500 novedades que a finales de año se incluyeron en el diccionario, algunas de ellas todavía desconocidas para la ciudadanía.

La pandemia ha cambiado en mayor o menor medida nuestra vida y, con ella, nuestro lenguaje. 'Coronavirus', 'COVID', 'confinamiento', 'desconfinar' y 'desescalada' son otras de las palabras que se han incorporado recientemente a la RAE. Vocablos que la mayoría no habíamos oído antes, pero que ahora se posicionan entre las más consultadas en la red. De hecho, 'confinamiento' fue elegida como la palabra del año 2020 por la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE). 

Además del vocabulario pandémico, en el diccionario ha dejado su rastro la huella digital. Otras palabras que se han añadido son 'emoji' o 'hilo', como cadena de mensajes publicados sobre un mismo asunto, y 'trol' o 'trolear', en relación a las discusiones que se producen en foros de internet y redes sociales. También la contracción 'finde' y la expresión 'macho alfa', ambas muy consolidadas entre los jóvenes.

'Ababol' o 'brincar', aragonesismos en la RAE

Aragón tiene palabras propias de la tierra que, cuando se escapan en contextos ajenos a la Comunidad, a menudo despiertan la incomprensión y sorpresa entre los oyentes. Algunos ejemplos de ellos son 'ababol', que también se utiliza en la vecina Navarra para hacer referencia a una persona distraída además de su significado original del amapola, o 'brincar'.

En total, la Real Academia Española recoge 750 aragonesismos, entre los que se encuentran 'guiñote', 'pozal', 'rasmia' o 'escoscar'. Algunas de ellas tienen un significa claro. Otras, se utilizan de forma diversa según los municipios. Las acepciones de la última abarcan desde "quitar la caspa" hasta "agitarse por una molestia o comezón".

Marcas registradas que pasan a ser un sustantivo común

El léxico es complejo y cambiante. A pesar de ello, si hay algo que ha sorprendido a los aragoneses es descubrir que 'nescafé' y 'rímel' son palabras que pueden encontrar en el diccionario. El uso repetido de ellas entre la ciudadanía para hacer referencia a cosméticos y a cafés de otras empresas ha llevado a la introducción de estas marcas registradas como sustantivos comunes del castellano. "Me parece bien, es normal que se vayan añadiendo porque forman parte de nuestra vida", afirma a este respecto una zaragozana.

La pregunta del millón... ¿es correcto el término 'cocreta'? La respuesta de la Real Academia Española es clara y unánime: no. Sin embargo, en la calle los aragoneses afirman haber escuchado lo contrario. "Me suena haber leído un artículo sobre esto", dice un joven. Probablemente su lectura sea real, porque sobre el asunto gira una leyenda urbana en la que se asegura que los diccionarios aceptan esta forma. La Academia de la Lengua, por su parte, insiste en desmentirlo: "Ese vulgarismo, que es la alteración de la correcta croqueta, no figura y nunca ha figurado en el Diccionario", señalan. Una historia que se repite con el término 'guasap'.

La palabra propia del lenguaje popular o infantil que sí se puede encontrar a día de hoy en la RAE es 'murciégalo', aunque bajo el apunte de término "vulgar y desusado". En el apartado de consultas, el diccionario señala que la forma murciégalo aparece recogida en el glosario desde el siglo XVIII, bajo la forma etimológica del latín mus, muris (ratón) y caeculus, diminutivo de caecus (ciego).