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MIEDO

Cuando le tienes miedo al miedo: fobias en época de Halloween

Se acerca la fiesta de Halloween y con ella algunos miedos o fobias relacionadas con los payasos, los fantasmas, con la muerte o con la propia fiesta

MADALINA PANTI /
Las fobias se viven de manera distinta si son niños o adultos. / Pexels
icono foto Las fobias se viven de manera distinta si son niños o adultos. / Pexels

Las calabazas y los disfraces de payasos, fantasmas, brujas o zombis nos anticipan que ha llegado Halloween. Para muchos es una fiesta muy esperada, sin embargo, para otros, puede ser un motivo de temor y miedo. De hecho, en algunos casos puede ir más allá y llegar a ocasionar incluso fobia, un miedo intenso y persistente que es excesivo o irracional desencadenado por la presencia de objetos o situaciones específicas. En estas fechas, las fobias más comunes que podemos encontrar son la coulorofobia o miedo a los payasos; la espectrofobia hacia los fantasmas y espíritus o la necrofobia, el miedo o bien a la propia muerte o a todo lo relacionado con ella. Incluso existe el miedo a la fiesta de Halloween como tal, llamado samhainofobia.

Si bien puede parecer algo puntual o que solo sucede en la infancia, lo cierto es que hay adultos que también experimentan estas sensaciones: "En niños la ansiedad puede manifestarse mediante lloros, rabietas, inmovilidad o aferrarse a otra persona. En los adultos, el trastorno tiende a ser crónico a menos que se reciba tratamiento", indica la psicóloga especializada en fobias, Leticia Martínez Val. "Existen y de hecho es una de las demandas más habituales en consulta. La gran mayoría de nosotros sentimos el miedo intenso hacia algunas situaciones, objetos o animales, sin embargo no necesitamos tratarlas porque son circunstancias puntuales", añade. 

El cine, potenciador de miedos

Taquicardia, palpitaciones o aumento de la presión o la respiración son algunos de los síntomas que podemos experimentar a nivel físico cuando nos encontramos en estas situaciones. En algunos casos puede llegar a disminuir la temperatura corporal o provocar náuseas y mareos. "Y a nivel mental aparecen elucubraciones de las consecuencias temidas como pensar que nos va a causar daño físico, morir, perder el control, hacer el ridículo, tener un infarto, etc. de las que no vamos a ser capaces de escapar. Nos ponemos en lo peor", admite la psicóloga.

Son algunas de las sensaciones que experimenta la zaragozana Ana (nombre ficticio), de 29 años, cuando ve arañas, payasos o está sola en un sitio oscuro. Sus temores aparecieron cuando tenía ocho años y se han incrementado con los años. Una de las razones son las películas: "Cuando ponen un tráiler de terror y no deja quitarlo en YouTube o en el cine, me da pánico. Antes las películas de suspense me las podía ver, ahora ya no porque ponen suspense psicológico. Vi una noche la película 'El orfanato' con un familiar y no pude dormir porque me dio muchísimo miedo. Entre el ambiente, la música y las imágenes que ponen, no puedo. 'Van Helsing' y 'Underworld' son las únicas que puedo ver", explica esta joven.

Eduardo García, de 24 años, no recuerda un momento de su vida en el que no tuviera pánico a los payasos: "Es irracional, y aunque no me impide desarrollar una vida normal, sí que en ocasiones me genera una cierta paranoia al verlos en lugares públicos". El joven señala que es algo que se ha ido desarrollando con el tiempo, debido principalmente a las películas y series: "Allí aparecen de manera tenebrosa, además de todo lo que caracteriza a su maquillaje y el toque siniestro que veo en ellos, pese a ir dirigidos a un público infantil", indica.

Tratamiento y consejos

Estas semanas que se llenan de decoraciones y fiestas, estos jóvenes son especialmente vulnerables. "Supone tener un poco más de paciencia con todo, intentando mentalizarme de que lo que mi cabeza piensa, no es lo que realmente son. Me lleva bastante tiempo de auto relajación y concienciación de que no va a ocurrir nada malo", reconoce García. Ana, por su parte, precisa que para tranquilizarse piensa en otras cosas, no ve nada en televisión o se pone música relajante. 

Aunque ninguno de estos aragoneses ha llegado a un nivel extremo para acudir a terapia, las fobias son tratables. "Para superarla hay que hacer exposición y no huir del estímulo fóbico. Todo esto, de forma controlada y progresivamente, usando herramientas de relajación y autocontrol. Es importante valorar su etiología para dar el tratamiento adecuado", subraya Martínez Val.

La experta, ofrece algunas pautas para poder tratar estas situaciones, en primer lugar para las personas que lo sufren: 

  • No anticiparse a las situaciones fóbicas porque esto dará lugar a expectativas de miedo/pánico (según los casos, asco) y de peligro. Si a esto le añadimos la percepción de carencia de recursos para afrontar la emoción y/o el estímulo fóbico, facilitan la evitación de las situaciones temidas y por consiguientes el mantenimiento ilimitado en el tiempo de la fobia. 
  • Hacer ejercicios de relajación/respiración consciente para calmar la activación.
  • En un papel preparar y rellenar una tabla de autoregistro en la que escriban: “Preocupación”, “Qué temo que pueda suceder”, “Habilidades para afrontarlo”, “¿Se cumplió la predicción?”, “¿Me sirvieron las habilidades?”.

Asimismo, el entorno también tiene que tomar una serie de precauciones a la hora de tratar con estas personas:

  • No debemos obligar a la persona a enfrentarse a situaciones para las que no está preparada, ni tampoco provocar dichas situaciones para la mofa, y menos aún hacerlo agresivamente.
  • Lo ideal es acompañarla y animarla a que vaya exponiéndose poco a poco, manteniendo nosotros una actitud de apoyo, relajada, de confianza y firme.