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MÚSICA

Cuando las salas de conciertos acogen tanto a artistas consagrados como a los debutantes

La música en directo es muy valorada por el público, y más cuando este puede disfrutarla cerca del artista. Un lujo al alcance de cualquiera, porque Aragón cuenta con algunas de las mejores del país

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Actuación en la sala Oasis de Zaragoza.

El público valora cada vez más la música en directo, y más cuando este puede disfrutarla cerca del artista. Es la diferencia que ofrecen las salas de conciertos respecto a otros formatos. Lugares que acogen tanto a artistas consagrados como a los que debutan en el mundillo, y que en el caso de Aragón, que cuenta con algunos de los mejores locales de este tipo del país, suponen un lujo al alcance de cualquiera.

Aquel lugar en el que una vez el espectador vio la actuación de un grupo que nadie conocía y ahora encabeza carteles de festivales. Esas son las salas de concierto; bautismo, campo de pruebas y trampolín para muchos grupos. 


Sala Lebowski de Teruel.

"Las bandas de aquí, las locales, tienen un espacio para poder salir, tocar y mostrar lo que tienen y, hombre, hay que traer grupos, porque están por aquí funcionando y no los podemos dejar escapar", subraya Toni Alcaine, propietario de la sala Lebowski en Teruel. 

También los grandes encuentran en estos espacios una forma diferente de mostrar su música, en otro tono, a otro ritmo. Esa parada y fonda de los grandes convierte a salas como Lebowski en Teruel, o el 21 en Huesca, en lugares de culto.

"Aquí viene gente nueva constantemente, no solo artistas, sino también gente a conocer la sala, porque la sala se ha mitificado mucho los últimos cuatro años, y un 50% viene de fuera de Huesca, y el resto de Huesca y Zaragoza", comenta Luis Costa, programador en la Sala 21.


Sala 21 de Huesca.

Una sala es el origen de todo en la música, por eso están en la vanguardia de lo que se crea y lo que se demanda. "Cuenta con una programación muchísimo más abierta, muchísimo más ecléctica, e incluso diría que los padres demandan esa programación para ir acompañados de los críos", añade Mario Montañés, responsable de la Sala Oasis en Zaragoza.

Sin público no hay nada, y cada uno de los escenarios de estas salas son una pequeña pieza del puzzle que compone la cultura musical de cada generación.