Cuando el colegio depende de la llegada de nuevas familias

Todos los niños tienen derecho a la escolarización pero, en ocasiones, no todos pueden estudiar en su localidad al verse abocado el colegio a cerrar o reducir servicios por la falta de alumnos. En la localidad de Paúles de Sarsa, en la comarca oscense del Sobrarbe, el consistorio busca nuevas familias para asegurar que el próximo curso se mantiene abierta la escuela. Está prevista la incorporación de una niña de dos años, pero tres alumnos que cursan primaria en este centro pasan al instituto de la vecina localidad de Aínsa. De momento, al menos dos familias han mostrado interés por llevar a su hijos a esta escuela. 

Milagros Solanilla, vecina de este localidad perteneciente al municipio de Aínsa-Sobrarbe, es la madre de la niña de 22 meses que el próximo año se incorporará, si todo va bien, al colegio de la localidad. Esto implicará contar con un aula de dos años y un auxiliar de Infantil. Milagros señala que es imprescindible mantener el servicio educativo: "Ahora me la llevo a Aínsa -donde trabaja- y le hago madrugar. Va conmigo a las seis de la mañana, a lo que hay que sumar niñera o guardería, y está todo el día fuera. Si tuviera el colegio aquí, sería importante para la conciliación familiar."

El próximo curso, la clase de primaría se quedará sin tres de sus cuatro estudiantes porque les toca ir al instituto de Aínsa. Hay otro alumno en Educación Infantil, por lo que este año al centro le corresponde un cupo de 1,5 profesores, y temen que la situación cambie o se reduzca. Por eso, quieren reflejar sus ventajas para atraer a más familias, como señala Patricia Laín, directora del CEIP Paúles de Sarsa: "Te permite hacer actividades que en un cole urbano serían impensables. Por ejemplo, estamos haciendo una unidad de senderismo, en la que estamos yendo a cada uno de los pueblos de los alumnos. Nos están haciendo una ruta por sus pueblos con toda la ilusión", concluye.