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SALUD MENTAL

Cristinica Gómez, autora de 'Puta Loca': "Cualquier persona podría pasar por una unidad de psiquiatría"

A través de su 'alter ego', Carolina, la escritora regresa de manera ficcionada a su propia historia, resumida en los 33 primeros días que pasó ingresada

L. B. /
Cristinica Gómez en una de las presentaciones de su libro, 'Puta Loca'. / C. G.
icono foto Cristinica Gómez en una de las presentaciones de su libro, 'Puta Loca'. / C. G.

"Estaba casada, tenía casa propia, trabajo... Nadie de mi entorno, ni yo misma, entendía que me pudiera pasar algo a nivel psicológico". Este es el punto de partida de la experiencia que, ahora, siete años después, Cristina Gómez -conocida profesionalmente como Cristinica- comparte con sus lectores. "Cualquier persona podría pasar por una unidad de psiquiatría en un momento puntual de su vida", asegura. Por eso, visibilizar y naturalizar esta afirmación es uno de los principales objetivos de su primera novela en solitario, 'Puta Loca', editada por Imperium ediciones.

En la obra, Cristinica, a través de su 'alter ego', Carolina, regresa de manera ficcionada a su propia historia, resumida en los 33 primeros días que pasó ingresada en la Unidad de Trastornos de la Personalidad y Conducta Alimentaria del Hospital Provincial de Zaragoza. La primera edición de la novela ya está agotada. 

"Pesaba 37 kilos, pero todos pensábamos que se trataba de algo físico. Mi madre esperaba que fuese un tumor escondido", señala. Pero el diagnóstico destapó una realidad invisible incluso para ella: Cristinica tenía anorexia nerviosa y un trastorno obsesivo compulsivo. "Yo no había detectado nada -cuenta la autora-, pero, la protagonista del libro, Carolina, a lo largo de la novela se va dando cuenta de muchas cosas".

Para la escritora, lo "bueno" que tiene 'Puta Loca' es que, a través de sus personajes, visibiliza ocho tipos de trastornos diferentes: bipolaridad, agorafobia, depresión y tendencia suicida, dos casos de trastornos límite de la personalidad y dos pacientes con anorexia. Un pequeño -aunque firme- paso en el camino hacia la desaparición del "estigma que todavía rodea a las enfermedades mentales", tal y como ella misma define. "A mí me costó, pero, ahora, puedo hablar de ello con naturalidad. Yo soy loca con papeles, lo tengo certificado", bromea.

Y es que, para ella, aceptar lo que le ha pasado es imprescindible para desterrar la "culpa" que ha arrastrado en alguno de los tramos del proceso de recuperación. "Quienes no entienden las enfermedades mentales piensan en ellas como en algo casi voluntario, cuando, obviamente, no se elige", indica. 

33 días sin llamadas ni visitas

Durante los 33 primeros días de los cuatro meses que Cristinica estuvo ingresada no recibió llamadas ni visitas. "Son necesarios, al menos, 25 días de aislamiento para empezar a escucharse. Los anteriores solo te los pasas llorando". Por su valor simbólico, Cristinica eligió ese periodo para su novela y, con todas las notas que tomó mientras permanecía hospitalizada, inició un proceso creativo que no siempre fue fácil de afrontar. "Empecé a escribir para clausurar una etapa que ahora no sé si quiero que se cierre", apunta. 

Si se le piden consejos, Cristinica da algunas claves. "Quienes se encuentren en una situación similar, que busquen ayuda cuanto antes". Y, para el resto: "En algunas ocasiones es importante saber callarse". "Cuando sales de un proceso como este, ciertas opiniones, como las relacionadas con el físico, pueden resultar contraproducentes. A veces, el mejor apoyo es no decir nada", indica.

Ahora, con su novela bajo el brazo, Cristinica, que forma parte de primera promoción de Periodismo de la Universidad San Jorge, va a participar en varias charlas sobre salud mental. "Me ha sorprendido que me están llamado muchas asociaciones y, a partir de septiembre, vamos a trabajar de forma conjunta", concluye.