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ECONOMÍA

Crece el interés en Aragón por las hipotecas inversas, un posible complemento a la pensión para los mayores

El número de firmas en la Comunidad de estos productos financieros pasó de uno en 2021 a doce en el último año, según los datos del Colegio Notarial de Aragón

L. B. /
El número de hipotecas inversas firmadas en España ha crecido un 535% desde 2017. / Pixabay
icono foto El número de hipotecas inversas firmadas en España ha crecido un 535% desde 2017. / Pixabay

Percibir una cantidad de dinero, ya sea en un importe único o en forma de mensualidades, utilizando la vivienda como garantía sin perder su titularidad. Este es el funcionamiento de las hipotecas inversas, un producto financiero que está despertando el interés entre los españoles. Aunque la realización de este acto sigue siendo escasa, según informan desde el Consejo General del Notariado, su número ha crecido un 535% desde 2017. Solo en los primeros seis meses de 2022, el último periodo contabilizado, se superó en un 16% la cifra alcanzada en todo el 2021, con 229 en total. Los datos del Colegio Notarial de Aragón muestran que, en la Comunidad, las hipotecas inversas formalizadas pasaron de una en 2021 a 12 en el último año. "La hipoteca inversa puede considerarse un complemento a la pensión para las personas mayores, pero hay que ser consciente de que la operación puede afectar en un futuro a sus herederos", advierten desde Consejo General del Notariado. 

"Una hipoteca inversa es lo contrario a lo que estamos acostumbrados. Se utiliza la casa para obtener liquidez. Viene muy bien para quienes tienen una pensión que no les da para vivir, pero poseen una casa que no quieren vender. Así consiguen un dinero para completar sus ingresos", explica el economista Javier Martínez, quien destaca como principal beneficio de este producto financiero que la titularidad y el uso sigue siendo del dueño de la vivienda.

Sobre qué ocurre con el inmueble cuando su titular fallece, Martínez ilustra: "Los herederos pueden asumir la deuda y quedarse con la casa o renunciar a ella en favor del banco. Por ejemplo, sobre un importe de 100.000 euros del que todavía quedan 60.000 al fallecimiento, los herederos tendrán que pagar 40.000 para mantener la casa. En el caso de que no puedan asumir ese gasto o no quieran la vivienda, lo más fácil es venderla y pagar la deuda". "Si se agota el plazo acordado de la hipoteca y el titular no ha muerto, la deuda sigue corriendo con los intereses", avisa Martínez. Y es precisamente en este detalle donde reside su "peligro": "Hay que ser consciente de que se está gastando un dinero que no se tiene". 

Entre los posibles motivos que explican el auge de este tipo de productos financieros, hasta ahora prácticamente desconocidos, el experto indica: "Cada día tenemos pensiones menos sostenibles y duramos más. Esta realidad tiene inconvenientes, ya que, cuantos más años se vive, más necesidades surgen y solo con la pensión se puede complicar la situación. No es una hipoteca muy conocida, pero, para un español cuyo porcentaje de ahorro es fundamentalmente el inmueble, es la opción más interesante. Da tranquilidad". "Hay que recordar, además, que no se pagan impuestos, ni IRPF, ni actos jurídicos documentados", concluye el economista. 

La concepción española de la propiedad

"No tiene demasiado éxito en España por la concepción que se tiene de la propiedad y de que la vivienda es el patrimonio principal", indica Dámaso Cruz, decano del Colegio Notarial de Aragón.

En este sentido, Cruz apunta que, "aunque la idea es buena desde el punto de vista teórico" -ya que el ahorro acumulado a lo largo de la vida, generalmente, se destina a adquirir la vivienda-, no es un realidad "muy arraigada", y señala como motivo a "la propia estructura familiar": "Si los padres necesitan un complemento son los hijos los que suelen arrimar el hombro", concluye el decano del Colegio Notarial de Aragón.