Publicidad
CENTRAL TÉRMICA

Con mucha emoción, los vecinos dicen adiós a un símbolo de la localidad

Ver caer las tres torres ha sido para los vecinos como la imagen gráfica de lo que supuso el cierre de la central hace casi dos años.

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Una calle de Andorra.

Una gran cantidad de vecinos de Andorra se ha acercado hasta las inmediaciones de la central térmica para vivir en primera persona un momento que ha sido más que emotivo. Otros han seguido la demolición sin perder detalle desde bares y casas.

El derribo ha supuesto algo más que un cambio en el paisaje de Andorra, atrás queda parte de la historia de la localidad, y toca ahora mirar hacia adelante. "Esto ya se ha acabado, ahora no 'mola' nada celebrar que se tire, pero ahora hay que pensar en lo otro, hay que pensar en lo de comer", señala un vecino a las cámaras de Aragón TV. Otros piden que se generen oportunidades para la población: "A ver si se fijan en este pueblo y ponen aquí empresas", "Si queremos que se mantenga parte de la población tiene que haber nuevas industrias, nuevas empresas que asienten un poco la población", explican.

Tras la demolición de las torres ahora los andorranos ya piensan en el momento en el que se derribará la chimenea, previsiblemente al año que viene: "Nos han dicho que en un año será cuando la tiren, pero creo que aunque te preparen con esto no te haces a la idea", indica una mujer, Por su parte, otro vecino manifiesta: "Me gustaría que lo dejaran ahí como museo para que la gente lo fuera a ver, eso tendría vista cara al público", e incluso a algunos les cuesta aceptar la realidad: "Tan cara que se ha puesto la luz, podrían haber aguantado unos años más", destaca otro vecino. 

Actualmente en Andorra residen 7.327 persona, aunque llegaron a ser más de 10.000 en los momentos de máxima expansión de la central. Ahora la localidad mira al futuro con la esperanza de que se generen oportunidades.