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BOMBEROS

Así se preparan los equipos de emergencia para las catástrofes

Los bomberos tienen formaciones anuales para acceder a estructuras derrumbadas o rescates en riadas

C. ADÁN / E. LÓPEZ /
Bomberos de la Diputación de Zaragoza, en una práctica de escombros. / Diputación de Zaragoza
icono foto Bomberos de la Diputación de Zaragoza, en una práctica de escombros. / Diputación de Zaragoza

Retirar escombros tras un devastador terremoto, rescatar personas con vida... Trabajar ante una emergencia de la magnitud del seísmo que ha acabado con la vida de más de 7.200 personas en Turquía y Siria es muy complicado, y más cuando sigue habiendo réplicas que dificultan aún más la situación. Pero, ¿Cómo se preparan los equipos de emergencia para las catástrofes?

El jefe de intervención de los bomberos de la Diputación de Zaragoza, Florencio Pascual, explica que hay una formación de base para todo el personal cuando se incorpora. "Esta incluye formación de emergencias como acceso a estructuras derrumbadas de edificios, apuntalamientos, saneamiento, rescates en riadas, manejo de embarcaciones...", detalla Pascual. Este explica que existe también un plan anual de formación que incluye reservas de horas fuera de la guardia para este tipo de prácticas. 

"Las formaciones más específicas para grandes catástrofes es voluntaria", añade, al tiempo que explica que él mismo se cogió un permiso para ir a ayudar al terremoto registrado en Pakistán en octubre de 2005. Su magnitud fue de 7,6 en la escala de Richter. "Recuerdo que cuando llegamos había un caos total. Es un choque brutal. El primer problema con el que te encuentras es la dificultad para acceder al país y al lugar del siniestro", añade Pascual. "El puesto de mando en el que estuve se transformó en hospital de campaña. Allí todo valía. Si no sabías poner un gotero, te enseñaban para que también pudieras hacer de enfermero", añade, mientras recuerda que no consiguieron sacar a nadie vivo de los escombros. "Te hace pensar en lo rápido que puedes perder todo lo que tienes", concluye. 

Prácticas de Bomberos de DPZ con perros para localizar a personas con vida bajo los escombros. / Diputación de Zaragoza

Para las prácticas de localización, se buscan edificios semihundidos -varias empresas colaboran con ellos y les avisan cuando va a haber algún derribo- o se aprende en el campo de prácticas que los bomberos de Diputación de Zaragoza tienen en La Almunia de Doña Godina

Desde la Escuela de Bomberos de Zaragoza, su director, Valero San Martín, explica también que la formación básica de los bomberos incluye el desescombro, el apuntalamiento y la búsqueda de personas. Pero su formación va más allá. Los efectivos de Zaragoza son expertos en rescate vertical y en espacios confinados, es decir, zonas de actuación reducidas o que no tienen salida inmediata. 

Además, antes de la pandemia, realizaron un curso de progresión en estructuras colapsadas. Lo hicieron en León y con mineros. En este caso, lo que les enseñaron fue a entrar a una estructura quitando escombros, y avanzar hacia la víctima, mientras se apuntala y asegura el espacio o túnel por el que se accede. También, a final de año, los Bomberos de Zaragoza hicieron un simulacro de seísmo en Villanueva de Gállego donde pusieron a prueba todos los recursos para actuar ante este tipo de emergencias.

San Martín explica que la coordinación entre los distintos equipos -llegados desde cualquier parte- es muy importante. Asegura que tiene que existir una figura que gestione y coordine las tareas para que se pueda producir ese trabajo en cadena que permita rescatar a las víctimas atrapadas. 

Compañero de San Martín es Miguel Rubio, bombero experto en rescate vertical. Estuvo en Sri Lanka, Guatemala y Haití. Destaca que cuando se trabaja en zonas como esas, o Turquía en este momento, el trabajo es muy duro, hay mucha tensión y hay muchos grupos distintos de trabajo. Otro factor a tener en cuenta es la propia cultura y religión del país, ya que se buscan personas vivas pero se rescatan los cuerpos de muchos ciudadanos fallecidos. 

Rubio añade que las construcciones de Turquía, por lo que se ve en los medios de comunicación, son similares a las de España, es decir, permiten "huecos de vida". Y por esta misma razón es clave la rapidez con la que se actúa. Las primeras 72 horas tras el colapso de los edificios son clave, una vez pasado este tiempo las probabilidades de encontrar personas con vida caen entre un 60 y un 70%. Y conforme las horas pasan se reducen prácticamente por completo.

 

Los equipos que acuden a la zona de emergencia tienen que ser autónomos a la hora de trabajar. / Ayto. de Zaragoza

La forma de actuar, recuerda Rubio, es muy clara: los perros de la unidad de guías caninos marcan el lugar donde puede hallarse una persona, se evalúa el peligro y se comienza a desescombrar para poder entrar a rescatarla. Destaca que actúan con herramientas propias y que tienen que ser equipos autónomos, porque "no pueden ir a una emergencia a crear una necesidad". También que, en caso de ser imprescindible, se ayudan de materiales que encuentran en la misma zona para hacer apuntalamientos de emergencia. 

Por último, Rubio concluye que uno de los aspectos más difíciles para el rescatador es evaluar el riesgo y decidir si se puede entrar de forma segura o no, para no poner en riesgo su vida y la de sus compañeros. Todo esto en el mínimo tiempo posible, ante la amenaza de nuevas réplicas y la tensión que se acumula en una situación de este tipo.