Cómo ha cambiado el Miguel Servet en medio siglo

Los hospitales Materno Infantil y de Traumatología del Miguel Servet de Zaragoza cumplen este mes de diciembre medio siglo de vida, un periodo en el que se ha convertido en centro de referencia tanto en Aragón como a nivel nacional.  

Cincuenta años de asistencia al paciente durante los que se han producido numerosos cambios, avances y reformas que un puñado de profesionales ha vivido de cerca. Como es el caso de Joaquina Lahoz, supervisora de Unidad en la planta de Tocología Quirúrgica durante 39 años, y que suma un lustro más entre el Materno Infantil y las plantas de maternidad y gestantes, ginecología, obstetricia y el laboratorio de bioquímica. 

Jubilada desde 2017, Lahoz echa la vista atrás: “Fueron una planta y un trabajo preciosos”, ha reconocido este jueves en el programa Buenos Días, de Aragón TV.   

Durante 28 años compaginó su trabajo con la labor de profesora asociada en la Escuela Universitaria de Ciencias de la Salud, un doble desempeño que le permite analizar con perspectiva cómo y cuánto ha cambiado el servicio. “Ha habido muchísimas mejoras, tanto en las plantillas como en las pruebas complementarias”, ha considerado. 

También ha recordado que en las décadas de los 70 y 80 la ocupación de la planta de maternidad era “altísima”. En el servicio de lactantes había, con mucha frecuencia, hasta 80 bebés ingresados, relata como ejemplo. 

Una circunstancia que, por comparación, habría hecho aún más difícil el momento que vive el sistema sanitario, y el personal, con la pandemia. “Seguro que nos habríamos dado tanto como se han dado ahora, pero, la verdad, que por medios materiales no se puede comparar. Entonces eran escasísimos comparados con los actuales”, ha reflexionado. 

Tampoco de personal andaba sobrado el sistema sanitario de entonces. “Aunque ahora también nos quejemos de que faltan profesionales, antes no había personal sanitario al que poder acudir” porque acabábamos la carrera o la formación y enseguida nos poníamos a trabajar. "Tampoco los medios de difusión eran los de ahora”, ha advertido. 

Cambios en favor de un "trato integral" al paciente  

Treinta y tres años lleva en el Servet José Ignacio Labarta, actual jefe del servicio de Pediatría. Entró en 1988 para hacer la residencia de especialidad y durante este tiempo considera que el centro hospitalario ha experimentado “una gran transformación” hasta convertirse en una “marca de calidad” para la sociedad aragonesa. “Debemos estar todos muy orgullosos, profesionales, Administración, los pacientes, que nos ayudan mucho a crecer porque nos hacen ver al enfermo y no a la enfermedad, y la sociedad en general”, ha defendido.   

El hospital de entonces era un centro más de puertas adentro, con ingresos prolongados y visitas restringidas porque al paciente se le separaba de su entorno”, ha recordado. 

Una política que ha cambiado en favor de la “humanización”. Se apuesta por ella, según comenta Labarta, y por “un trato integral” al paciente. “El hospital ahora es de puertas abiertas, para que el paciente se sienta permanentemente acompañado por su entorno familiar, que se implica en su cuidado y en la toma de decisiones”, compara. 

El jefe de Pediatría también apunta cambios como la introducción de unidades “muy especializadas”, algo que es, considera, “muy importante” para la calidad asistencial, así como a las diferentes patologías que se atienden. “Ahora prima mucho la actividad ambulatoria, mientras que antes había muchos más ingresos”. Una práctica que traduce en cifras. En los últimos diez años, los ingresos en el hospital Infantil han disminuido un 20% en favor de las consultas externas. 

Además, Labarta ha puesto de manifiesto “el valor y el compromiso” de un personal que se caracteriza, según ha asegurado, por su “dedicación y entusiasmo”, especialmente durante estos dos años de pandemia.