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TRIBUNALES

Comienza el juicio por la tragedia del tren Alvia en Santiago: dos acusados y nueve meses para conocer la verdad

En el banquillo se sienta el maquinista, que admitió tomar la curva de Angrois al doble de la velocidad permitida, y un excargo de Adif, encargado de la circulación de los trenes

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Imagen de archivo del momento del accidente en la curva de Angrois.

El juicio por el accidente del Alvia, en el que fallecieron 80 personas y casi 150 resultaron heridas, ha comenzado este miércoles en la Ciudad de la Cultura de Santiago. Los dos únicos acusados son el maquinista y un excargo de Adif, responsable de la circulación de trenes. La Fiscalía pide cuatro años de prisión para cada uno de ellos.

El abogado del conductor del ferrocarril, Manuel Priego, ha asegurado que la causa del siniestro fue la falta de seguridad de las infraestructuras. "Mi defendido está, como cualquier persona, preocupado y nervioso. Esperamos que se determine toda la verdad y la realidad de las causas del accidente", ha incidido el letrado.

Las víctimas y las familias piden justicia y reclaman que se conozca toda la verdad. Javier García, padre de uno de los fallecidos en el accidente de 2013, ha estado presente en la primera sesión del juicio, donde ha criticado la falta de transparencia de la investigación: "Queremos que salga a flote la larga serie de mentiras, encubrimientos, errores y negligencias que han reducido todo a que un señor iba a mucha velocidad y se equivocó".

Se espera que la vista se prolongue unos nueve meses.

La fatídica curva de Angrois

La vida de los pasajeros que viajaban en el tren que unía Madrid con Santiago de Compostela cambió para siempre el 24 de julio de 2013, víspera del día grande de Galicia. 

El Alvia había salido de la capital a las 15:00 de la tarde. Lo esperaban en Santiago de Compostela a las 20:45, pero el tren jamás llegó a su destino.

A tan solo unos kilómetros de la estación, el convoy descarriló y se estrelló contra un muro de hormigón. Su maquinista pasó por la curva de Angrois a 191 kilómetros por hora, ell doble de la velocidad máxima permitida. Él mismo, atrapado en su cabina, lo reconocía en una llamada de auxilio. 

Aquel día 80 personas murieron y casi 150 resultaron heridas de diversa consideración.

En cuestión de minutos, se movilizó a médicos, enfermeros, bomberos, policías, trabajadores sociales, psicólogos y funerarias. También los vecinos del barrio se echaron a las vías del tren para auxiliar a las víctimas. Todos trabajando a contrarreloj, porque en el interior de los vagones había heridos atrapados, que había que sacar lo antes posible.

Fue la peor catástrofe ferroviaria de la democracia