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NIEVE

Cerler comienza la temporada de nieve y completa la oferta de esquí del Pirineo aragonés

La estación más alta de Aragón ofrece 12 kilómetros esquiables, que se suman a los 84 del resto de dominios. Los hosteleros confían en las reservas de última hora de cara al fin de semana

TERESA P. ALBERO /
Imagen de archivo de un telesilla. / Aramón
icono foto Imagen de archivo de un telesilla. / Aramón

Los esquiadores tienen desde este martes todas las estaciones de esquí del Pirineo aragonés abiertas. La última en sumarse a la temporada de nieve ha sido Cerler, que arranca este martes la temporada con 12 kilómetros esquiables, repartidos en nueve pistas y nueve remontes. "Es una apertura 'in extremis' porque decidimos abrir el día 6 de diciembre, confiando en el frío y en la meteorología. Está bien para que los deportistas se puedan quitar ya el gusanillo. Además, la zona de principiantes está genial", apunta Gabi Mur, director de la estación de Aramón-Cerler.

En los últimos días, las bajas temperaturas han permitido el uso de los cañones de nieve por la noche. La estación abre sus pistas con espesores de hasta 60 centímetros de nieve, aunque esperan que la cantidad aumente y permita la apertura de todo el dominio. "La venta de forfaits de temporada va muy bien. Las reservas hoteleras suelen ser de última hora, ya que las condiciones climatológicas varían mucho, pero las reservas van muy bien", señala Mur. 

Los establecimientos de la zona confirman esa tendencia y estiman que en el tramo final de la semana se animará la ocupación. "Al caer nieve, todo el mundo se emociona y comienzan las reservas. Es un goteo constante de llamadas", celebra Eva Bizarro, gerente de la Asociación Turística de Empresarios del Valle de Benasque. 

La ocupación varía respecto a años anteriores. Este puente los visitantes optan por estancias medias de cuatro días, ante la longitud del puente festivo. "Otros años vienen todo el puente, pero es tan largo que se han dividido y hay reservas para el fin de semana, lunes y martes, y otras para el resto de la semana", explica Bizarro. 

Con la vista puesta en la apertura de las pistas están también los negocios de alquiler y venta de material de esquí. "Estamos contentos. Estamos trabajando bastante bien y con la apertura todavía será mejor", augura Begoña Rivera, responsable de alquiler y tienda en Roca Roya, en Cerler. 

"Tenemos alguna reserva de material ya. Aunque todavía no estaban abiertas las pistas, ya hemos ido vendiendo equipación. La gente que tiene aquí segundas residencias viene y se pone al día del material que tiene y del que necesita, como por ejemplo los niños, que de una temporada a otra cambian algunas cosas", comenta. 

El alquiler medio de material de esquí ha bajado porque la estancia se reduce a cuatro días. "Antes venían una semana entera, de lunes a viernes. Ahora, la mayoría vienen cuatro días y vuelven una o dos veces durante la temporada", dice la propietaria de la tienda. Los precios se mantienen más o menos similares a los de años anteriores. "Para unos cuatro días, un equipo completo sale por unos 94 euros, en el caso de un adulto", estima Rivera. 

El valle del Aragón espera una ocupación del 80%

Este martes, Cerler se suma a las pistas del Pirineo aragonés que abrieron sus puertas el pasado sábado, las de Astún y Candanchú, que ofrecen un año más una oferta combinada, y la de Formigal-Panticosa. De esta forma, todas las estaciones pirenaicas están ya operativas. 

Astún y Candanchú ofrecen 50 kilómetros esquiables, casi la mitad de su dominio total, y 24 remontes operativos. El arranque de la temporada, el pasado sábado, deja buenas sensaciones entre los empresarios turísticos del Valle del Aragón, de los que Luis Terrén es presidente: "Estamos al 50 o 60% de ocupación, pero esperamos alcanzar el 80% este fin de semana". 

Un alto número de reservas en este puente festivo se suele traducir en una buena tasa de ocupación en la semana de Navidad. "La gente percibe las buenas condiciones de las pistas y se anima a reservar ya para venir en Navidad", subraya Terrén. 

Una previsión que en este valle se traduce en un buen balance económico. Se estima que por cada 100 euros que un esquiador gasta, 20 se quedan en la estación y el resto, 80, en establecimientos de hostelería y comercio de la zona. 

Por otra parte, Formigal-Panticosa también ha abierto sus pistas con 34 kilómetros esquiables y 14 remontes en funcionamiento. El Grupo Aramón trabaja en la apertura del área de Panticosa, que debido a la meteorología no ha podido recibir esquiadores hasta el momento. Una situación que comparten las estaciones turolenses de Javalambre y Valdelinares