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ARTE CONTEMPORÁNEO

Aragón ha perdido la mitad de sus galerías de arte en una década y solo quedan cinco en Zaragoza

El programa 'Objetivo' de Aragón TV analiza la situación del arte contemporáneo en Aragón. Las galerías de nuestra Comunidad han perdido la presencia que tenían décadas atrás en ferias como ARCO

ARAGÓN NOTICIAS /
Las galerías de arte buscan adaptarse a la evolución del arte contemporáneo. / Aragón TV
icono foto Las galerías de arte buscan adaptarse a la evolución del arte contemporáneo. / Aragón TV

Este miércoles ha comenzado en Madrid una nueva edición de ARCO, la feria de arte contemporáneo. En ella va a estar presente algún artista aragonés, pero no participa ninguna galería de nuestra Comunidad. El número de espacios de exposición y venta de arte se ha reducido en los últimos años y las galerías de arte que tienen actividad constante en Aragón son mínimas y en Zaragoza, por ejemplo, se reducen a cinco. Detrás de todo ello, está la digitalización y las nuevas formas de difusión que están transformando el mercado del arte y la propia creación artística. El programa 'Objetivo' aborda esta cuestión en su edición de este jueves 23 (21:45 Aragón TV).

Las nuevas generaciones de artistas han cambiado las tornas en muchos casos, y ello supone romper con los modelos tradicionales de exposición y venta, como las galerías de arte. No obstante, todo ello abre interrogantes sobre las consecuencias del cierre de estos espacios y la irrupción de la digitalización en el arte. 

En Zaragoza quedan cinco galerías abiertas, tantas como han tenido que cerrar en la última década. En una de las que permanecen, su responsable, Patricia Rodrigo, recuerda como su madre, Antonio Puyó, fundó este espacio en 1990, una época muy distinta: "El boom del arte contemporáneo ya venía de 1975, con la democracia. Y ARCO fue también un gran impulsor para que fuera una profesión como tal, que no se contase simplemente como un espacio simplemente para ver obras de arte, sino como no un espacio donde se promocionara, se vendiera y se hablara de arte."

La sala Libros es una de las galerías de arte más conocidas que han desparecido en Zaragoza.

El artista Pepe Cerdá también da su testimonio en el programa y recuerda como en los años ochenta "el dinero corría y no era extraño, que gente de 30 años tuviese el poder adquisitivo para comprar alguna cosa". "En las salas de Madrid, se iban de los conciertos a las salas de exposiciones. Y era de buen tono, regalar y comprar cosas artísticas", señala. Ahora, sin embargo, reconoce que ese poder adquisitivo ha bajado "terriblemente" y "el valor de las cosas necesarias para vivir ha subido exponencialmente"-

Con todo ello, la situación actual es muy distinta. La exposición y venta de cuadros supone actualmente el 30 por ciento de los beneficios del negocio de Patricia. Así que dependen de otros ingresos como servicios de 'coworking', museografía y enmarcación. Sacarlas adelante, recuerda Patricia, requieres mucho más esfuerzo: "Está la programación de la galería en nuestro espacio, ir a ferias, vamos a tres o cuatro a lo largo del año. Y luego trabajar a nivel de internet. Estamos en varias plataformas de venta online, además de mover, en las redes sociales, lo que podemos".

La tecnología revoluciona el arte

El fotógrafo Jorge Fuembuena ha conseguido hacerse un hueco y es uno de los pocos artistas aragoneses en esta edición de ARCO. "La fotografía como territorio de expresión artística ha crecido. Hay una gran transversalidad, entre artistas de otras disciplinas, escultores, pintores, que actualmente materializan su obra en formato fotográfico, incluso lo intervienen, lo manipulan. La fotografía ha ganado un lugar en el mercado del arte, que quizá en aquellos tiempos que tenían una vocación más humanista, pues no tenía", explica. No obstante, lamenta que en ARCO ya no haya ninguna galería aragonesa y cree que debería ser "un toque de atención a la Comunidad".

María Bueno, exponente de una nueva forma de creación y difusión artística. / Aragón TV

Por su parte, María Bueno ha conseguido más de 130.000 seguidores en redes sociales gracias a su pintura fresca, divertida y feminista. Para ella el mundo, no tiene fronteras: sus obras han llegado hasta Japón y revistas de la talla de Vogue se han hecho eco de su trabajo. "Siempre he tenido claro que las redes sociales son un punto necesario para difundir mi arte o mi trabajo, han sido mi forma de trabajo. Las empresas cuando me contactan me mandan un mensaje a Instagram o a mi correo", explica. Para ella, la web es como una pequeña tienda o escaparate que tienes para poner ahí lo que estás haciendo "sin ningún tipo de intermediario".

Son ejemplos de la última revolución del arte, que ha puesto en cuestión lo tangible y físico del arte, transformando el mercado y la cultura del coleccionismos. El futuro es una incógnita..