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CIENCIA

Aragón es nombre de dinosaurio: en la Comunidad se han descrito once especies únicas en el mundo

Los últimos fósiles hallados, encontrados en el municipio turolense de Estercuel, se corresponden con los de un herbívoro de aproximadamente unos seis metros de largo

L. B. /
Recreación de Delapparentia turolensis. / Paleoymás
icono foto Recreación de Delapparentia turolensis. / Paleoymás

Que Aragón es nombre de dinosaurio lo acreditan las once especies descritas en la Comunidad y cuyos ejemplares suponen especímenes únicos en el mundo. El último de ellos es un herbívoro de aproximadamente unos seis metros de largo, cuyos restos fueron localizados recientemente en Estercuel, en la provincia de Teruel. 

Durante el periodo denominado Cretácico, que comprende desde hace unos 140 millones de años hasta la extinción de los dinosaurios, la tierra que ahora se conoce como Aragón estaba poblada por grandes moradores, principalmente de dos grupos. "Los más abundantes eran los saurópodos, que son aquellos que conocemos por sus largos cuellos y colas. De estos, el más pequeño de los que hemos encontrado medía unos 15 metros -explica José Ignacio Canudo, catedrático de Paleontología y director de Aragosaurus, el grupo de investigación de la Universidad de Zaragoza-. En segundo lugar, los ornitópodos: más pequeños, con cabeza grande y cuello mucho más corto que se desplazaban a dos patas. A estos se les conoce como las 'vacas’ del Cretácico, frente a los saurópodos, que eran los 'elefantes'". 

La mayoría de las especies descritas en la Comunidad -de las que solo una se corresponde con un ejemplar carnívoro- han tomado su nombre del lugar en el que fueron encontrados los restos. El municipio en el que más fósiles se han hallado es Galve, en Teruel, donde se han descrito las especies de Galvesaurus herreroi, Aragosaurus ischiatichus, Iguanodon teruelensis, Delapparentia turolensis y Giddeonmantellia sanjuanensis.

El resto de las especies aragonesas han sido denominadas como Turiasaurus riodevensis (Riodeva, Teruel), Camarillasaurus cirugedae (Camarillas, Teruel), Tastavinsaurus sanzi (Peñarroya de Tastavins, Teruel), Proa valdearinnoensis (Ariño, Teruel), Europelta caronensis (Ariño, Teruel), Blasisaurus canudoi (Arén, Huesca), Arenysaurus ardevoli (Arén, Huesca), y la última, todavía sin nombre, encontrada en el yacimiento ubicado en la localidad de Estercuel. Las edades de estos fósiles datan desde los 140 millones de años, en el caso de los más antiguos, hasta los 67 millones de años.

Recreación de un Arenysaurus, en Arén. 

De entre los hallazgos más curiosos, el experto apunta al Europelta caronensis, un dinosaurio de tipo tireóforo. "Eran como acorazados, con el cuerpo cubierto de placas térmicas, de aspecto similar al de un tanque", cuenta Canudo.

Sobre por qué la Comunidad es un entorno especialmente productivo para la aparición de este tipo de restos, el paleontólogo señala a varios factores. Por un lado, las rocas en el que se encuentran los fósiles -de tipo caliza, formadas dentro del continente (ya que los dinosaurios eran exclusivamente terrestres) y que no han sido sometidas a altas presiones-, y, por otro, "los equipos de investigación tan potentes y diversos que trabajan en los yacimientos aragoneses". 

Además de la labor de su grupo de investigación, el catedrático también destaca la que realizan desde la Fundación Dinópolis. Ambas instituciones han sido clave para colocar a Aragón en la élite de la paleontología mundial. "Hay que animar a la gente a la que le gustan los dinosaurios a que estudie Geología, ya que no hay una carrera de paleontología en España", alienta el catedrático.

"El turismo de paleontología se está convirtiendo en uno de los motores de este sector en Aragón", subraya Canudo, quien pone de ejemplo al Laboratorio Paleontológico de Loarre, un centro en el que se exhiben los huevos fósiles de dinosaurios encontrados en 2019 en la sierra de la localidad oscense. "Vemos iniciativas pequeñas, como esta, que funcionan muy bien. Normalmente, se tarda una década hasta que los restos regresan al lugar donde fueron encontrados, por lo que no dejan rentabilidad", concluye el experto.

Así era el Tastavinsaurus sanzi, descrito en Peñarroya de Tastavins. / Museo de Ciencias Naturales de Unizar