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DIEZ AÑOS 15-M

Las acampadas que cuestionaron el sistema político y social

Hace ya diez años, una acampada en la Puerta del Sol de Madrid acabaría convirtiéndose en un movimiento social que ha marcado la forma de hacer política desde entonces

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto La Puerta del Sol de Madrid fue el epicentro del 15-M.

Un 15 de mayo de 2011, un grupo de jóvenes sorprendía a todos acampando en la Puerta del Sol de Madrid. Convocados por la plataforma Democracia Real Ya, mostraban su descontento con la situación política y social del país, sacudido por la grave crisis económica de 2008. Las movilizaciones se extendieron rápidamente por todo el país en plena campaña electoral para las elecciones municipales y autonómicas que se celebraban justo una semana después. Reivindicaban una sociedad más justa y se rebelaban contra un sistema político que, como decía uno de sus lemas más famosos, no les representaban. Ese "No nos representan”, o “lo llaman democracia y no lo es", se convirtieron en algunos de los más repetidos durante aquellos días.

Los ecos de estas manifestaciones llegaron a otros puntos de Europa, como París o Londres y representaban el espíritu de los autodenominados "indignados". Un pensamiento inspirado en el libro "Indignaos", publicado un año antes por el francés Stephane Hessel, uno de los autores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el que animaba a los ciudadanos a mostrar su indignación ante unos poderes financieros cada vez más acaparadores. El sociólogo Javier Gimeno, miembro de Democracia Real Ya, cree que el movimiento supo remover conciencias: "Por primera vez mucha gente se acercó a la acción colectiva y eso supuso un montón de optimismo en que era posible cambiar las cosas", "



Las acampadas florecían por todo el país y cada vez eran más grandes, llegando a las principales localidades aragonesas, empezando por sus capitales. En Zaragoza, llegó a haber 400 tiendas en la Plaza del Pilar. Allí se celebraban asambleas abiertas y debates, y se agitaba el ambiente con consignas reivindicativas como . Las protestas fueron en general pacíficas, pero  el punto de inflexión llegaría el 27 de mayo cuando una carga policial de los Mossos d'Esquadra para desalojar la acampada en Barcelona se saldó con más de un centenar de heridos. A partir de allí, el fenómeno de las acampadas comenzó a declinar, aunque en Madrid se prolongó hasta el 12 junio. 

Qué nos dejó el 15-M

Pero el 15-M había llegado para quedarse. Ya lo decían los lemas con los que se retiraron las acampadas: "No nos vamos, nos expandimos” o “Nos mudamos a tu conciencia” . Lo cierto es que tras aquellas movilizaciones, conceptos como la transparencia o la democracia interna tomaron un mayor protagonismo entre las fuerzas políticas. Y en la sociedad, la presencia de la corrupción en el debate político o las movilizaciones contra la política de austeridad del Gobierno en los años posteriores tenían el sello de este movimiento. El sociólogo David Pac, analiza este legado en su obra  'Tras la indignación: El 15M miradas desde el presente'. Cree que uno de sus principales logros es lo que considera un proceso de repolitización de la ciudadanía: "eso se pudo ver en la marea verde, la naranja, la blanca y posteriormente se produce la institucionalización de ese movimiento en la opción política de Podemos".

De hecho, tanto su hasta ahora líder, Pablo Iglesias, como muchos de sus fundadores y simpatizantes, participaron activamente de esas acampadas. Tres años después de aquellas movilizaciones, en 2014, Podemos lograba entrar en el Parlamento Europeo y, un año después, tanto esta formación como sus confluencias lograban hacerse con ayuntamientos de algunas de las principales ciudades de país, como Barcelona y Madrid, pasando por Zaragoza, entre otras.

Actualmente, Podemos es socio de Gobierno de Pedro Sánchez, con varios ministerios, sus confluencias gobiernan ayuntamientos de capitales importantes como Barcelona, y su apoyo es necesario para la estabilidad de varios gobiernos autonómicos, como el de Aragón. No obstante, diez años después, Pablo Iglesias ha abandonado la política tras el revés electoral de Madrid el pasado día, aunque escisiones como Más Madrid, revindican ese espacio político con sus últimos resultados en las urnas. Sea con Podemos o con fuerzas afines, las próximas citas electorales revelarán qué lugar ocupará en el futuro el espíritu del 11-M. Y es que el debate interno siempre ha sido una constante. Violeta Barba, expresidenta de las Cortes de Aragón como diputada de Podemos, y participante en el 15-M recordaba en Aragón Radio que este no era un movimiento unitario: "todos estábamos de acuerdo en lo que no queríamos, pero en lo demás era donde teníamos el problema"

Sobre la trayectoria y el futuro del espíritu del 15-M, los estudiosos destacan sus luces y sombras. Javier Gimeno es pesimista y cree que diez años después, no se ha avanzado tras el shock inicial: "la precariedad está totalmente asimilada, el paro es estructural, los recortes no se han recuperado. Entonces, de alguna manera lo que se ha perdido es ese pulso social". David Pac, sin embargo, cree que sí se han conseguido cosas: "algunas de las reivindicaciones del 15M, 10 años después, se llevan a la acción del gobierno: la paralización de desahucios en tiempos de pandemia, el incremento del salario mínimo interprofesional..." . También cree que no se pueden dejar de atender las demandas de los jóvenes, porque cualquier acontecimiento inesperado puede desencadenar movilizaciones similares. 

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