La subida de precios en el comercio marítimo afecta a la alfalfa aragonesa

El último año de pandemia ha afectado a la economía de forma global, y en consecuencia a las rutas comerciales. La desorganización en el transporte marítimo ha derivado en una escasez de contenedores, y un encarecimiento de los fletes. El precio del contenedor a China ha subido un 40%, y los que van a Oriente Medio se pagan un 30% más caro.

Esto afecta especialmente al sector de la alfalfa deshidratada ya que el 80% de la producción nacional se exporta. Aragón es el mayor productor de este forraje, y las empresas aragonesas soportan de forma sólida esta situación, gracias a la diversificación de mercados hecha en la última década.

En Quinto siete deshidratadoras forman un clúster aragonés para exportar sin intermediarios. El 70% de la alfalfa de una de ellas, La Pastora, va al exterior y ahora tiene problemas para su transporte. "De Barcelona a China antes salían seis barcos y ahora están saliendo uno o dos y hay semanas en las que no sale ninguno", asegura su gerente, José Manuel López. Se lamenta de que sus ventas a China se ha reducido a la mitad y es difícil cumplir los plazos con los clientes. 

Esto se produce justo al final de una campaña en la que la producción ha aumentado un 3% en todo el país hasta alcanzar el millón y medio de toneladas, 815.000 se han producido en Aragón.

La clave, aseguran, es diversificar los mercados y mantener la fortaleza en Emiratos Árabes y Arabia Saudí. También diferenciarse produciendo pelets para mercados como Corea del Sur.