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TRADICIÓN

Aínsa regresa a la época medieval con la celebración de La Morisma

Cerca de 500 actores y 150 voluntarios se encargan de dar vida a la conquista de la localidad por parte de los cristianos en el siglo octavo

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Imagen de la recreación histórica en Aínsa. / CARTV

La conquista de Aínsa por los cristianos en el siglo VIII ha regresado al municipio oscense este fin de semana. Se trata de La Morisma, una tradición que se celebra cada dos años y en la que cerca de 500 actores y 150 voluntarios se encargan de dar vida a la batalla y continuar con la tradición.

Esta recreación histórica se ha convertido en el símbolo de identidad de la localidad y ha vuelto en una nueva edición tras cuatro años de parón. En ella se representa la lucha por recuperar la plaza mayor de Aínsa. El primer rey del Sobrarbe, García Ximénez, encabeza a las tropas cristianas frente a las moras. Pedro Bernal, actor que da vida al personaje, explica que es "un papel en el que hace un poco de hilo conductor, aglutina a los cristianos según la historia, leyenda también".

Además, este año, como novedad, se ha incorporado un nuevo personaje al elenco: el dragón Pentafuria. Esta figura, cuyo nombre ha sido elegido por los alumnos del colegio Asunción Pañart, aparece en el momento álgido de la batalla a través de las ventanas del Ayuntamiento. Con ello simboliza el horror de la guerra y, al mismo tiempo, la unión de un pueblo para recuperar y mantener sus tradiciones.

Isabel Bergua, presidenta de la Asociación Cultural La Morisma, comenta: "Le hemos puesto el prefijo en honor a las cinco décadas que lleva el pueblo de Aínsa representando la perseverancia de un pueblo". Y añade: "El tema histórico, el tema de nuestra identidad, de nuestra tradición, de nuestra costumbre... Para nosotros este momento (la representación) nos une a todo el pueblo con un sentimiento identitario".

Según el alcalde de la localidad de la comarca del Sobrarbe, Enrique Pueyo, la gente ha recibido este evento "con mucha ilusión" y "han sido días de preparación muy intensos, de mucho trabajo". Sin embargo, considera que la cita "es un poco el reflejo del carácter que tienen en el Pirineo" y que, "gracias a ese carácter, la gente que vivía en aquella época reconquistó esas tierras".