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'NO FIESTAS'

Actos suspendidos y refuerzos policiales en el segundo San Roque sin fiestas

Las localidades afectadas suprimen las celebraciones tradicionales y crean propuestas culturales alternativas

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Una persona vende globos en el paseo de las Cortes de Aragón, en Calatayud (Zaragoza).

San Roque es una de las festividades más populares en numerosos municipios de Aragón. En un año sin pandemia, estas localidades estarían disfrutando de sus fiestas patronales con celebraciones con charangas, conciertos, romerías y actividades para toda la familia. Este es el segundo año consecutivo en el que quedan suspendidas todos los festejos hasta el próximo 30 de septiembre, según la orden publicada por el Gobierno aragonés. Una vez más, la pandemia se ha llevado por delante los actos tradicionales convocados cada año durante estas fechas y muchas localidades optan por reforzar su seguridad durante las llamadas 'no fiestas'.

Uno de los municipios afectados es Calatayud (Zaragoza), donde son conocidas sus fiestas durante este puente de agosto, que culminarían este lunes. "Durante las fiestas de San Roque se producen aglomeraciones y actos masivos, y eso hace imposible garantizar la seguridad de las personas ante el contagio", explica su alcalde, José Manuel Aranda.

El Ayuntamiento -junto con Policía Nacional y Guardia Civil- ha reforzado estos días la seguridad en las calles del municipio zaragozano para evitar posibles celebraciones y garantizar las medidas sanitarias. La presencia policial aumenta durante estas fechas en las plazas, parques, zonas verdes y entornos de fincas de Calatayud, según el dispositivo especial diseñado. Este 16 de agosto no se llevará a cabo la tradicional romería hasta la ermita ante el riesgo a un posible "efecto llamada" y, desde el Consistorio bilbilitano, prevén "importantes" pérdidas económicas que afectarán, en especial, al sector hostelero. 

En Calamocha (Teruel), por su parte, han preparado una agenda cultural para todo el mes de agosto llena de actividades orientadas a los más pequeños y a las familias con juegos para niños, espectáculos de humor, comparsas, autocine o cuentacuentos, cumpliendo las medidas de seguridad impuestas por Sanidad. Lo que no se verá en las calles de Calamocha será el tradicional baile de San Roque, que ha quedado suspendido para evitar riesgos de aglomeraciones: "en este acto siempre hay muchos bailadores y personas que se acercan a verlo. Esto hace que no sea controlable y todos los vecinos lo han entendido así", ha indicado el alcalde, Manuel Rando. 

Durante estas 'no fiestas' ha aumentado la seguridad para evitar situaciones como botellones o reuniones en las peñas y también para asegurar el cumplimiento de las medidas sanitarias. Se realizarán controles de alcohol y drogas en las salidas de la localidad, se incrementará la presencia policial en las calles y se vigilarán las peñas para evitar situaciones que beneficien la propagación del virus. "El objetivo es tener un periodo tranquilo, evitar que la gente vaya a las peñas y que acudan a los restaurantes y bares para controlar mejor la situación", ha afirmado Rando. 

Las propuestas culturales y de ocio también están presentes en Ariño (Teruel), donde tienen preparadas propuestas para este mes como conciertos, proyecciones de películas y obras de teatro. Desde el Ayuntamiento perciben un aumento de los visitantes a la localidad turolense durante este verano, que sitúa su ocupación en niveles anteriores a la pandemia.

En un año sin coronavirus la localidad se llenaría con verbenas, jotas, espectáculos de calle, carrozas y fiestas taurinas, pero este verano, por segunda vez, se quedan sin actos. "Tenemos miedo de que estos cuatro días de fiesta se descontrole la situación, porque ahora estamos muy bien a nivel de contagios y vienen varios días seguidos de 'no fiestas'", cuenta el edil, Joaquín Noé.

Por otro lado, en Labuerda, en la comarca del Sobrarbe oscense, los vecinos del municipio oscense vivirían ahora sus fiestas patronales, que culminarían en San Roque. No hay actos ni celebraciones propuestas para estos días, y esperan "con muchas ganas" el año en el que puedan volver a anunciar unas festividades "con toda normalidad". "Los abuelos nos contaban que durante tres años no hubo fiestas en el pueblo y, mira, ahora con el coronavirus ya llevamos dos seguidos", afirma el alcalde, Enrique Campo. "Hay que confiar en que al final venceremos al virus", concluye el alcalde.