Publicidad
ANIVERSARIO

40 años sin Paco Martínez Soria, el cómico eterno

El turiasonense alcanzó la fama a los 64 años gracias a la adaptación al cine de la obra de teatro 'La ciudad no es para mí'. Los directores Miguel Ángel Lamata, Paula Ortiz, Ignacio Estaregui y Gaizka Urresti hacen un repaso de su carrera

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Imagen de la película 'El precio de la risa'.

Paco Martínez Soria, el aragonés mito de la comedia española, falleció hace hoy 40 años. Tras una larga carrera volcada en el teatro, alcanzó la fama con 64 años. Su vida cambió cuando la obra que protagonizaba, 'La ciudad no es para mí', fue llevada a la gran pantalla, convirtiéndose en la película más taquillera del cine español. Millones de personas llenaron las salas de del cine y, desde la primera escena, conectaron con aquel señor de pueblo con acento baturro, ingenuo, noble y tozudo que iba a visitar a su hijo a la capital. Nacía así un mito popular que, 40 años después de su muerte, sigue siendo el mejor cómico aragonés de todos los tiempos.

Aragón TV rinde homenaje este sábado al inolvidable actor con la emisión de un reportaje especial del programa Objetivo, en el que los directores aragoneses Miguel Ángel Lamata, Paula Ortiz, Ignacio Estaregui y Gaizka Urresti analizan el cine de Martínez Soria. "Yo creo que todos tenemos un Paco Martínez Soria dentro", señala Lamata, que recuerda su desembarco en la capital haciendo alusión al turiasonense: "Yo me acuerdo cuando me fui a vivir a Madrid en 1999, a mis 33 años, y pensaba efectivamente que la ciudad podía no ser para mí".

El director Ignacio Estaregui habla de la "cercanía" como clave del éxito del actor. "Creo que las películas de Paco Martínez Soria atraían tanto al público porque no dejaba de ser una figura que todos tenemos cercana. Es decir, era ese abuelo, ese tío o ese pariente del pueblo que, de repente, es el protagonista de una historia". Mientras que Paula Ortiz dice de él que era "el narrador inteligente de una España vaciada y rural, una España que se moría, de una España muy humilde que no era fácil de retratar con dignidad".

Las películas de Paco Martínez Soria mostraban sin tapujos aquella sociedad conservadora, tradicional y llena de patriotismo, un verdadero documento histórico de la España de la época. El actor "hizo películas con unos guiones marcadamente influidos por la ideología franquista en muchos casos, pero es que por ahí pasaron todos", asegura Javier Lafuente, escritor y biógrafo de Martínez Soria, autor del libro 'El don de la risa. Don Paco Martínez Soria'. "Retrataban la sociedad que les era propia, y la sociedad que les era propia era muy machista", dice también Paula Ortiz.

Décadas después, la despoblación y la lucha contra el abandono de los pueblos, muy presentes en sus comedias, siguen estando de plena actualidad.

"Pues sí señores, nací en Tarazona, soy aragonés"

Sorprendentemente, Paco Martínez Soria no tenía acento aragonés sino profundamente catalán. De familia obrera y humilde, emigró muy pronto a Barcelona con sus padres, y allí viviría más de 75 años. El papel de paleto pueblerino por el que todos le recuerdan solo lo interpretó en cuatro de sus 35 películas. "Fue el que generó ese tipo de humor que se llamaba baturro, ahora somarda, de un personaje en el que parte de su humor era su forma de hablar, tan propia de Aragón", recalca Gaizka Urresti. A lo que Lamata añade: "Tiene un componente cómico que yo identifico con lo aragonés muy claro. Esa sensación de que las cosas se pueden solucionar a base de tozudez, a base de ser buenos pero muy pesados".

Es difícil de imaginar, pero lo cierto es que no era gracioso fuera de las cámaras, sino un señor muy serio al que llamaban Don Paco, lo que según Ignacio Estaregui tiene todavía más mérito. "Es tan difícil hacer esos personajes que eran tan suyos, que evidentemente sólo lo pueden hacer aquellos actores que están dotados con algo especial como era él", argumenta el director.

Paco Martínez Soria era, ante todo, un divo. Le encantaba la fama, la ovación y el roce con el público. "Me di cuenta de que la gente en la calle me paraba y me preguntaba: '¿Pero usted es el que hace el abuelo Curro, ese abuelo con 90 años?'", decía el actor. El escritor Javier Lafuente relata que, prácticamente al final de su vida, se fue con su mujer y con su hijo a una ruta turística por Europa y pararon en Londres. "Allí no le reconocía nadie y cuenta su hijo que Paco Martínez Soria estaba muy mosqueado". Lafuente también relata que el hijo de Paco Martínez Soria le contó que, tal era la fama de su padre, que en Zaragoza tuvo que coger un taxi desde el Coso hasta la plaza del Pilar "porque no le dejaban pasar"

Los turistas y la llegada del bikini

Paco Martínez Soria supo encarnar como nadie el asombro de los españoles ante la llegada de los primeros turistas, en aquella España de posguerra que se abría al mundo. "Se tuestan como tortillas", decía el actor al ver a las 'guiris' tomando el sol en la película 'El turismo es un gran invento'. "Yo definiría el cine de Paco Martínez Soria como entretenimiento, pero en el buen sentido de la palabra, como cine que servía para distraer en un momento duro", dice Ignacio Estaregui. 

Para Paula Ortiz era un cine "único". "Hay algo que mezcla la nobleza aragonesa, esa honestidad, con un tipo de ironía, de retranca, que creo que forma un humor de relaciones y de mundos que sí que podría ser un tipo de subgénero en la comedia española", asegura la directora. 

Miguel Ángel Lamata tira de recuerdos al definir lo que ha representado para él Paco Martínez Soria y destaca una palabra: "Humor".  "De verdad, la primera vez que yo vi 'El abuelo tiene un plan' en un cine de Huesca, no sabía quién era ese señor y empecé a reírme desde que le vi aparecer. Yo tenía 10 años y él tenía un taco más", dice. 

Paco Martínez Soria llegó a decir que su éxito se debía a algo tan sencillo como que "lo importante es hacer lo que uno sabe, lo que uno quiere". Y con esta premisa tan clara triunfó. El turiasonense ha hecho pasar a los espectadores muy buenos ratos. Sus películas transportan hasta esas tardes de sobremesa en las toda la familia reía unida. Aquella España a la que él daba visibilidad ya no forma parte de nuestro tiempo, pero es un archivo documental único para no olvidar quiénes fuimos.