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DOCUMENTAL

Gervasio Sánchez vuelve a los Balcanes para rodar "Álbum de posguerra"

El fotoperiodista se rencuentra treinta años después con los niños que retrató durante el cerco a Sarajevo al inicio de los 90

ARAGÓN NOTICIAS/AGENCIAS /
Gervasio Sánchez, junto al director y la productora de "Álbum de posguerra" (EFE)
icono foto Gervasio Sánchez, junto al director y la productora de "Álbum de posguerra" (EFE)

Con las mismas botas que hace veinticinco años y con el sentimiento de cumplir un deber, el de saber qué fue de los niños que retrató durante el cerco de Sarajevo (1992-1995), jugando entre tanques y destrucción. Así ha viajado de nuevo a los Balcanes el fotoperiodista Gervasio Sánchez para rodar “Álbum de posguerra”, un documental que se presenta este 27 de abril en el Festival de Cine y Derechos Humanos de San Sebastián, y se estrena el mismo día en Movistar+.

“Quería encontrar a los personajes que están en mi memoria y que forman parte de las fotografías que a mí me han dado prestigio. Me parece inmoral por parte de un periodista no preocuparse por los personajes de sus historias. A mí estas personas me han dado mucho, forman parte de mi esencia como ser humano”, afirma Sánchez en una entrevista.

Rodado a finales de 2019, gracias a este documental el periodista pudo encontrarse con Edin ‘Edo’ Osivĉić, quien de niño guiaba a los periodistas para entrar en la destruida Biblioteca Nacional, o encontrar en plena grabación y por sorpresa a los niños que jugaban a baloncesto entre edificios masacrados, Jasmin Lopardija y Damir Abdulkerim, quien acabó siendo jugador de baloncesto profesional (retirado tempranamente por una lesión fruto de la desnutrición sufrida en la guerra).

O a Alma y Selma Žigo, las hermanas que se columpiaban junto a los tanques de la ONU en una ciudad cuyos habitantes trataban de desarrollar sus vidas entre balas y bombardeos.

Niños -hoy adultos- que están mejor que entonces porque “están vivos” pero cuyas vidas se han visto profundamente afectadas por esta especie de “posguerra eterna”. “Ellos son los que están vivos porque en Sarajevo hubo 1.601 niños y adolescentes muertos y unos cuantos miles más heridos, algunos muy graves, con amputaciones, ciegos, huérfanos…”.

Sin embargo, pasaron de la adolescencia a la madurez en un país abandonado y sin desarrollarse al ritmo necesario, con “un sistema político muy corrupto”, y casi todos sienten que “aquellos años de la guerra destrozaron sus vidas y su proyecto de futuro”.

Dirigido por Àngel Leiro y Airy Maragall, grandes conocedores de los Balcanes, y producido por Lukimedia, “Álbum de posguerra” busca denunciar esta situación de estancamiento y posguerra que vive la región, olvidada por la comunidad europea, 26 años después de la firma de los Acuerdos de Dayton (1995).

“Los políticos y los diplomáticos europeos no tienen ningún interés en lo que pasa en el patio trasero de los Balcanes. Tú vas a Bosnia hoy en día y hay zonas que parece que están en los ochenta. Se han olvidado de esa zona de Europa, lo cual es un gravísimo error, porque en los Balcanes ha estado la clave de muchos de los conflictos que ha habido en el siglo XX en Europa”, apunta Sánchez.

Pese a la firma de Dayton fomentada por el gobierno de Bill Clinton, nunca hubo una "oportunidad real" de superar la guerra. "Por mucho plan de paz que tú firmes, si luego no hay oportunidades económicas ni de reconstrucción física y de convivencia entre las comunidades, es complicado, y es el caldo de cultivo para el conflicto”, apunta Sánchez.

Rodaje bajo cero


Aunque el fotoperiodista, ganador de premios como el Ortega y Gasset, era “enemigo declarado de ir en invierno“ a los Balcanes, los problemas de agenda hicieron que finalmente las grabaciones tuvieran que hacerse con Sarajevo cubierta de nieve.

“El frío era tremendo, estamos hablando de rodajes con 16 grados bajo cero. Pero la verdad es que le da una atmósfera muy impresionante. Como yo estuve cubriendo el cerco de Sarajevo en pleno invierno, la atmosfera es muy apropiada para recoger el ambiente que había entonces", explica.

Haciendo una regresión a aquellos años, cuando un recién licenciado Sánchez comenzaba su trayectoria como periodista experto en conflictos, aprovechó para calzarse las mismas botas que llevó entonces. “Las volví a llevar porque quería simular aquel viaje, con las mismas botas, con la misma ropa interior que me protegía del frío, con las misas camisas… Quería sentir una especie de vuelta al cerco”.

Pese a haber cubierto conflictos en Asia, África y en la América hispanohablante, la de Bosnia es la guerra que más huella le ha dejado. Y es que conoció la zona en el 81 cuando viajó de interrail a la entonces Yugoslavia, efervescente tras la muerte del dictador Tito, un país que lo enamoró.

“Era increíble. La costa era fantástica, la gente era muy enrollada, especialmente los bosnios. Tenían los mismos gustos culturales que nosotros, escuchaban a los mismos grupos de rock, veían el mismo cine...Diez años después, cuando lo vi saltar en mil pedazos, pensé: '¿cómo es posible que esto ocurra en Europa?'. Y decía, 'si esto ha pasado en Europa, puede pasar mañana en cualquier país'".