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FIESTAS

Vuelven los danzantes a San Lorenzo con nervios, emoción y dos nuevas incorporaciones

Sus bailes regresan a las calles de la capital oscense este miércoles. Además, con relevo generaciona: Enrique Blasco y Jorge Tuda sustituyen a su tío y a su suegro, respectivamente

ARAGÓN NOTICIAS /
Actuación de los danzantes en la mañana de este 10 de agosto.
icono foto Actuación de los danzantes en la mañana de este 10 de agosto.

Tras más de 1.000 días, este miércoles regresa una de las tradiciones más antiguas y populares entre los oscenses en las fiestas de San Lorenzoel baile de los danzantes. Una práctica que va pasando de generación en generación, como en el caso de Enrique Blasco y Jorge Tuda, que este año se incorporan a la agrupación para sustituir a sus familiares.

Como cada 10 de agosto, los danzantes comienzan su recorrido actuando, junto a la Banda de Música de Huesca, en la plaza de San Lorenzo frente a miles de personas. Posteriormente, acompañan a la procesión mientras realizan el dance de las espadas y, cuando llegan a la plaza de la Catedral, entran bailando al patio del Ayuntamiento para dirigirse de nuevo hasta la basílica de San Lorenzo minutos antes de que comience la misa pontifical. Al finalizar, vuelven hasta el Consistorio.

'Las espadas', 'los palos viejos', 'los palos nuevos', 'las cintas' y 'el degollau' son los cinco tipos de dance que interpretan las 27 personas que, actualmente, forman parte de la agrupación -el mayoral, un danzante para las cintas, un rabadán y 24 danzantes que se dividen en seis cuadros de baile-. Cuando una de estas plazas queda vacante, se cubre siguiendo la tradición familiar, por lo que, hoy en día, es un baile al que muy pocos pueden acceder.

Los danzantes realizando el baile de 'las espadas' en las últimas fiestas de San Lorenzo.

Ser danzante, un relevo generacional

Jesús Gracia, en estas fiestas de San Lorenzo, cumple 50 años como danzante y ha decidido que ya es momento de retirarse. Asegura que todo este tiempo ha pasado "muy deprisa, casi sin darse cuenta", pero "con mucha felicidad". Ahora cede el testigo a su sobrino, Enrique Blasco. "Bailaré alguna cosilla, de despedida, y luego ya él subirá hacia la catedral y el recorrido es todo suyo", explica.

Blasco, por su parte, lleva toda la vida viendo y disfrutando las actuaciones de los danzantes. Entrar a formar parte de ellos, afirma, es "una pasada, una cosa que hace mucha ilusión". Está convencido de que el día 10 "habrá nervios": "La entrada en la plaza, vamos... estoy como un flan solo de pensarlo. Luego me imagino que, ya cuando suene la música, me concentraré y será otra cosa".

Jorge Tuda es otro oscense que vivirá esta experiencia por primera vez, cogiendo el relevo a su suegro. "Es una situación un poco diferente a lo que ha sido habitual. En principio nos habría gustado que fuera mi mujer, pero por temas de salud no podía. Salió la oportunidad, dijo mi suegro que iba a ser yo y la agrupación lo aceptó", manifiesta. "Desde pequeño mis padres me inculcaron lo de venir a ver los danzantes, el sentimiento, y siempre lo había seguido desde fuera. Cuando comencé a salir con mi mujer ya empecé a verlo un poco más desde dentro, pero la verdad que lo que viene este año no me lo había imaginado nunca", señala.

Además, confiesa que los nervios han estado muy presentes en su vida estos últimos días: "Tengo ganas de conocer la sensación de llegar el día 10 a la plaza con toda la gente. Me han dicho que es increíble". Pero se siente afortunado porque los compañeros le han ayudado a coger el ritmo rápido en los ensayos.

Antonio Nunilo, danzante que le deja el cargo, lleva actuando desde el año 1973. Reconoce que tiene ganas de marcharse porque "los años no perdonan". "Lo he llevado siempre bien porque me he preparado, he subido y he bajado. Pero este año ya no. El día 10 haré el baile de las espadas y ya se terminará para mí. Además, va a ser un San Lorenzo muy especial porque todo va a estar lleno, va a haber muchísima gente después de dos años sin fiestas", apunta.