Regular el mantenimiento del monte pensando en los propietarios, clave en la prevención

En toda España, 260.000 hectáreas ya han sido arrasadas por las llamas este verano, cuando el año pasado fueron 60.000. Se trata de incendios grandes, especialmente virulentos y difíciles de extinguir, sobre terrenos de biomasa muy seca debido al cambio climático. El Gobierno de Aragón está ultimando el plan de gestión forestal. En la Comunidad, hay una superficie forestal de más de dos millones de hectáreas, pero el 45% es terreno privado. Por eso, los expertos aconsejan tener en cuenta a los propietarios para regular un buen mantenimiento del monte y evitar en la medida de lo posible estos incendios. 

Una vez se ha conseguido extinguir el incendio, el primer paso es ver cómo ha quedado el suelo para evitar erosión y escorrentías para, después, hacer un seguimiento de la vegetación. "Nos irá dando las pautas de si tenemos que ayudar a la regeneración o existe una regeneración natural", explica Carmen Hernando, directora del Centro de Investigación Forestal. Otra de las cosas que hay que repensar es que ya la restauración de las zonas afectadas hay que hacerlas pensando en un posible nuevo incendio", añade.

Además, los expertos indican que es importante pensar de manera global, más allá de la zona afectada. Ignacio Pérez-Soba, decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes en Aragón, apunta: "Para que podamos modelar un paisaje entero, de nada nos sirve que actuemos de manera modélica en un monte de 500 hectáreas si cuando nos llega de repente un enorme incendio forestal procedente de otras miles de hectáreas que están al lado abandonadas ese monte está inerme, por muy bien que hayamos hecho la gestión".

La mitad de la superficie forestal en Aragón es de propiedad privada. Hay muchas hectáreas de las que no se conoce el dueño. Por ello, Pérez-Soba asegura que hay muchas soluciones, "desde la constitución de juntas gestoras de montes de socios, en el caso de que de los condominios de los que aún queden propietarios identificados", hasta, en el caso de los abandonos totales, "la posibilidad de investigarlos como bienes públicos vacantes e incorporarlos efectivamente a la gestión pública".

Otro matiz que señalan los expertos es repensar las normas, sobre todo con los habitantes del medio rural. "Estamos en unos escenarios diferentes a los que a lo mejor en su momento se hicieron las normas. Yo creo que habrá que repensarlas de una manera muy coordinada entre todos los agentes involucrados", declara la directora del Centro de Investigación Forestal.