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EN ARAGÓN

Los biocuidados en el mundo rural: un nuevo modelo de servicios sociales para colectivos vulnerables

Participan 374 personas de nueve comunidades autónomas. Codos (Zaragoza) y Benasque (Huesca) han implementado este proyecto experimental

ARAGÓN NOTICIAS /
En el proyecto 'Biocuidados' participan 374 personas de nueve comunidades autónomas. / Objetivo.
icono foto En el proyecto 'Biocuidados' participan 374 personas de nueve comunidades autónomas. / Objetivo.

En cualquier entorno rural nos encontramos a mayores, personas con diversidad funcional o menores en riesgo de exclusión. Todos ellos colectivos que necesitan personal de apoyo. El proyecto piloto 'Biocuidados' se dirige hacia un nuevo modelo de servicios sociales transversal e innovador que pueda llegar a aplicarse a nivel nacional. Cuenta con fondos del plan nacional de Recuperación, Transformación y Resiliencia y en él participan 374 personas de nueve comunidades autónomas, entre ellas, Aragón. Benasque, en la provincia de Huesca y Codos, en la de Zaragoza, son los municipios participantes.

Se coordina a nivel nacional desde COCEDER, la Confederación de Centros de Desarrollo Rural con el apoyo de 18 entidades miembro. Todas ellas trabajan para una atención integral. "Ver cuáles son sus necesidades, sus deseos, sus proyectos de vida, sus ilusiones. No sólo nos centramos en aquello que necesita la persona a nivel asistencial y de cuidados básicos. Bueno, eso es necesario pero se da por hecho. La clave está en ir más allá, en escalarlo, en abarcar aspectos que vayan más allá de los cuidados básicos", explica Aurelio García, miembro de la Junta de la Asociación Guayente de Benasque. 

Aurelio García, miembro de la Junta de la Asociación Guayente. / Objetivo.

Personal de apoyo y acceso a viviendas

El proyecto gira en torno a la persona, teniendo en cuenta su trayectoria, sus planes de vida y sus deseos. Alberto tiene 54 años y lleva casi tres décadas vinculado al Centro de Integración social El Remós de la Asociación Guayente. Acude a esta gasolinera tres días a la semana donde repone mercancía, sirve cafés y cobra a los clientes. Para él es una experiencia única, pero también para los propietarios: "A nivel organizativo ha sido muy satisfactorio con todas las aptitudes que tiene Alberto y su disposición. Hemos aprendido mucho. Repetiríamos", indica Ramón Garuz. Pendiente de su evolución está el personal de apoyo. Ya sea con gestos o con su comunicador, Alberto se ha adaptado a su nueva ocupación y tiene claras sus prioridades. 

La vida en viviendas es un eje fundamental. La psicóloga y coordinadora del proyecto en Benasque, Pilar Orna y su compañera Claudia , visitan a José María Celaya y Pilar, compañeros de piso y usuarios del programa. Celaya está como de jardinero y realizando labores de limpieza de escaleras y Pilar comenzará pronto en una papelería. La convivencia se basa en el respeto y en el reparto de tareas, especialmente en las primeras semanas. 

"Ahora escuchamos a las personas, vemos qué actividades son significativas para ellas y para ellos y. desde ello, hacemos el apoyo en comunidad. No solo están ellos sino más personas que dan apoyo. Nosotros trabajamos todos esos aspectos y también con todo lo relacionado con ocio y tiempo libre", explica Orna. 

Alberto y Ramón, el gerente de la gasolinera de Benasque. / Objetivo. 

Integración comunitaria

La transversalidad de este proyecto hace que llegue a los mayores del mundo rural. Codos, con apenas 200 habitantes, cuenta con un centro integrado dentro del pueblo. Su lema es “Ningún pueblo sin sus mayores”. Desde la Asociación Cultural Grío trabajan para su integración en la vida comunitaria en la localidad zaragozana. "Es su deseo estar en su pueblo: poder vivir e incluso morir cuando llegue el momento. Para ellos es poder salir a la plaza, poder ver las nubes, saludar al pastor y que te diga qué tiempo va a hacer", indica María Pilar Ballester, responsable de este programa en este municipio.  

Hay personas mayores que residen en sus casas y que reciben comida diariamente y una visita semanal por parte de las personas de apoyo. "Trabajamos lo que es memoria, cálculo, reminiscencias...Trabajamos también su visión de futuro, qué es lo que quieren hacer, qué es lo que les falta por hacer", expresa Montse Sánchez, implementadora de secundaria de este programa. Una visita que valoran de manera muy positiva Jesús Sierra y Rosa Peiro, participantes en este proyecto. "Es maravilloso, a mi me encanta porque me ayudan y me traen cosas que yo he hecho siempre como dibujar", admite Sierra. Peiro afirma que la ha ayudado a no pensar en otras cosas, a menudo negativas. 

En Codos hay cinco centros de menores y todos ellos reciben atención por parte del equipo profesional, pero también a través de la propia comunidad. Hace 25 años que trabajan con menores, algunos con trastorno de conducta. Alejados de los modelos convencionales, conocen todos los beneficios del entorno rural. Yolanda Vicente, responsable del área del menor en este proyecto, indica que se sienten parte de la comunidad: "Para muchos de ellos es la primera vez que tienen un pueblo, un lugar al que pertenecer. La gente no los mira como los bichos raros, sino como 'míralo que me ha ayudado a subir las bolsas de la compra'. Para mí es uno de los puntos fuertes, el cómo se relacionan con la comunidad y la comunidad con ellos". Por eso, disponen de las familias referenciales, entre otras herramientas. Los menores no pernoctan en sus casas, pero sí hacen actividades periódicas. 

Centro en Codos. / Objetivo.