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CONSECUENCIAS

Los campos de frutales arrasados por el fuego tardarán años en recuperarse

Los vecinos de Moros calculan que de las 5.000 hectáreas que hay, tan solo se han salvado 100. Los fruticultores se llevan la peor parte, y tendrán que esperar 5 años para recuperar la producción

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Los agricultores cuantifican los daños causados por el incendio.

Los agricultores comienzan ya a realizar sus estimaciones de pérdidas y a cuantificar los daños para solicitar indemnizaciones, tras el incendio iniciado en Ateca que ha afectado a 14.000 hectáreas. En Moros (Zaragoza) calculan que de las 5.000 hectáreas de cultivos que hay, tan solo se han salvado 100. Los fruticultores son los que se llevan la peor parte, ya que tendrán que replantar los árboles y esperar cinco años para volver a tener plena producción. El incendio de Ateca deja en Villalengua un futuro incierto para la agricultura, la principal fuente económica de la zona. 

Los agricultores han recogido este sábado la fruta que se ha salvado del fuego en los campos de melocotón de Villalengua, donde se observan árboles totalmente calcinados. "Calculo que el fuego se me ha llevado más del 50%, porque son fincas pequeñas con muchas orillas a los lados, y ahí es donde ha prendido el fuego. Es un desastre", afirma Iván Alonso, uno de los agricultores de la zona. 

Las infraestructuras como almacenes o canalizaciones de riego también se han visto muy afectadas por las llamas, que ahora tienen que reparar. "Estos días los agricultores están en el campo arreglando acequias e intentando solucionar goteos para poder regar y ver cómo se tira hacia delante", explica Marta Estopiñán, técnico de frutas del Manubles. 

Todos estos trabajos llevarán tiempo para recuperar la normalidad agrícola. El cereal podrá crecer la próxima campaña, pero el frutal llevará más tiempo. "Ni al año que viene, ni al siguiente, ni posiblemente al siguiente va a haber cosecha. Estamos hablando de tres o cuatro años. La gente del municipio no va a tener ingresos, pero sí que va a tener que seguir generando gastos, porque hay que mantener esos árboles", añade la alcaldesa de Villalengua, Ana Villar. 

Las afecciones causadas por el fuego aún tienen que ser cuantificadas por los peritos antes de que los agricultores soliciten ayudas para paliar unas pérdidas que tardarán años en recuperar. 

Disminuyen las reservas en la zona

Las consecuencias del incendio han repercutido también a las reservas turísticas de las localidades cercanas a la zona afectada por el fuego. Un ejemplo es el Monasterio de Piedra, donde sería habitual recibir alrededor de mil visitantes en estas fechas, pero que se han visto reducidas a un tercio de esa cantidad. También lo notan los alojamientos de la zona, como los balnearios o el camping de Nuévalos, donde han sufrido una veintena de cancelaciones.

"Hay que acordarse de la parte más quemada, que ha quedado calcinada. Esa parte son los que más van a necesitar. Si la campaña fuese para la comarca yo creo que sería estupendo, pero que la gente sepa que está regresando la normalidad y que estamos trabajando para que eso sea así", apunta Jordi Pérez, del Camping Lago Resort.