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REACCIONES

La riada deja paso a la evaluación de daños en campos de cultivo y explotaciones ganaderas

Alcaldes de la Ribera Alta y la Ribera Baja analizan la situación en las localidades afectadas. El consejero de Agricultura asegura que donde no llegue Agroseguro, "llegará el Gobierno de Aragón"

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Fotografía tomada con dron este jueves en Gelsa.

Con la riada extraordinaria del río Ebro en su recta final, es momento de evaluar y cuantificar los daños ocasionados, registrados principalmente en explotaciones agrícolas y ganaderas. A pesar de que, según el presidente aragonés, Javier Lambán, "no se han cumplido los peores presagios", el Consejo de Ministros de este viernes tiene previsto declarar como zona catastrófica los territorios afectados por la crecida.

Los vecinos inevitablemente empiezan a echar cuentas de las afecciones económicas, que especialmente resentirán el sector agrario. Algunos ya calculan unos 10.000 o 12.000 euros en pérdidas, porque los seguros cubren el cereal de secano desde la siembra y en el caso del regadío tiene que haberse formado la planta para recibir indemnización. Una situación ante la que el consejero de Agricultura, Ganadería y Medioambiente, Joaquín Olona, ha asegurado este jueves que "donde no llegue Agroseguro, llegará el gobierno de Aragón". "

Vamos a ser coherentes con esta estrategia que hemos seguido de utilizar las superficies agrarias para laminar. Por lo tanto, tenemos que, en su justa correspondencia, compensar", ha apuntado Olona.

Los alcaldes de las riberas Alta y Baja confirman que, poco a poco, el caudal del río comienza a "estabilizarse". "La crecida ha llenado la huerta con bastante agua, pero menos que en las anteriores. Las principales afecciones van a ser a nivel agrícola", confirma Isabel Álvarez, alcaldesa de Gelsa. La huerta de la localidad zaragozana cuenta con una extensión de 500 hectáreas y la alcaldesa confía que el agua afecte solo a la mitad.

"Al lado de la mota el agua alcanza entre medio y un metro de altura. En la zona del sureste, que baja aguas abajo hacia Velilla, también hay caminos cortados, pero todo lejos del casco urbano. No hay riesgo para las viviendas", asegura Álvarez.

En Quinto de Ebro, los niveles de agua se mantienen muy similares a los de este miércoles. "Estamos en los 2.250 metros de altura", explica su alcalde, Jesús Morales, que cifra en cerca de 1.000 las hectáreas afectadas por el río. "Las afecciones se han registrado en infraestructuras, caminos, sistemas de riego y pérdidas de cosechas", señala.

En la Ribera Baja, los vecinos respiran "tranquilos"

Por su parte, en la Ribera Baja, donde la riada pasó inicialmente sin afecciones en los cascos urbanos, también calculan los daños causados. En Boquiñeni, su alcalde Juan Manuel Sanz afirma que los vecinos este jueves "respiran tranquilos", y se encuentran a la espera de que todavía baje más el nivel del agua para cuantificar las pérdidas económicas. A simple vista, han asumido que las afecciones han dañado, especialmente, a campos de cultivo. "La agricultura se ha visto afectada pero teníamos tanta preocupación por lo humano, que lo material pasa a un segundo plano", exclama Sanz.

En una situación similar se encuentran en Novillas, donde la riada obligó a desalojar a medio centenar de vecinos por precaución. “Hemos recuperado bastante el nivel, ha bajado en torno a los cuatros metros”, indica este jueves el alcalde la localidad, Abel Vera.

Tras el “susto” que supuso para este municipio la crecida del río, ahora estiman que los daños "han sido muchos". En especial, el agua ha afectado a cultivos, estructuras de acequias y a caminos. "Tenemos sitios a los que todavía no se puede acceder. Y en la mota de la margen derecha esperamos un socavón de unos 60 o 70 metros”, apunta el alcalde, quien agradece la colaboración de las diferentes entidades, incluida la propia municipal, durante este episodio "excepcional".

Después de estabilizarse el caudal del río, este jueves ya se ha reabierto para vehículos pesados (tractores, camiones y todoterrenos) la carretera que comunica Monzalbarba con Alfocea. Si el volumen de agua continúa descendiendo, se espera que quede reabierta también para el resto de vehículos. El Parque Deportivo Ebro, en la capital aragonesa, también ha recuperado ya su actividad con normalidad.

12.000 hectáreas de cultivo anegadas

El Gobierno de Aragón ha calculado que unas 12.000 hectáreas de cultivo se han visto afectadas hasta ahora en la provincia de Zaragoza por la crecida del río Ebro. Aunque todavía no han puesto cifra a las pérdidas económicas, ya que van a esperar hasta que termine la emergencia para valorar todos los daños. 

En Pina de Ebro, las motas han aguantado a la punta la crecida que ha pasado este miércoles con un caudal de 2.000 metros cúbicos. Está previsto que el próximo lunes vuelvan a sus casas las 36 personas con movilidad reducida que han sido evacuadas por precaución.

Asimismo, en El Burgo de Ebro, su alcalde ha afirmado que son entre 300 y 400 las hectáreas de cereales y alfalfa anegadas. Por primera vez en esta localidad, el casco urbano se ha defendido con un cordón de refuerzo con gravas ante la duda de que la mota resistiera la presión.

Tampoco en Villafranca de Ebro han tenido consecuencias de la crecida en su casco urbano, mientras que en los barrios rurales de Zaragoza, poco a poco, recuperan la normalidad. Entre Alfocea y Juslibol alrededor de 3.000 hectáreas de huerta están afectadas, además de varias explotaciones ganaderas, viviendas y casetas de campo. 

En la Cartuja Baja, todavía quedan restos de agua acumulada en los campos, aunque celebran que el impacto de la riada ha sido inferior a la de 2015. Por su parte, en Movera y en el municipio de Pastriz el agua sí ha conseguido entrar en las viviendas.

Como consecuencia de la estabilización generalizada del caudal del río Ebro, en Zaragoza capital este jueves los alumnos del Colegio Jerónimo Zurita han vuelto a las aulas. El Club Deportivo Helios, sin embargo, continua cerrado, ya que el agua llega hasta la mitad de su puerta.