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ALIMENTACIÓN

La nevera, clave en la prevención, pero también en la proliferación de intoxicaciones alimentarias en verano

Asegurar una correcta refrigeración de los alimentos, mantener la cadena del frio y no compartir utensilios son gestos esenciales para evitar enfermedades

TERESA P. ALBERO /
Desde enero, 93 personas han sufrido una intoxicación alimentaria en Aragón.
icono foto Desde enero, 93 personas han sufrido una intoxicación alimentaria en Aragón.

Con temperaturas cercanas a los 40 grados y con tiempo libre para realizar actividades en el exterior, el verano tiene todas los factores que favorecen el aumento de las intoxicaciones alimentarias. La mala refrigeración de los alimentos, una preparación incorrecta y la manipulación inadecuada de frutas, verduras y carnes están detrás de diferentes enfermedades. "Las bacterias de los alimentos proliferan con las altas temperaturas. Viven a entre cuatro y 60 grados, lo que hace que ahora sea más sencillo que se den problemas", apunta Laura Reviejo, farmacéutica y nutricionista.

Cocinar, por ejemplo, pollo empanado, uno de los platos más típicos para comer fuera de casa, es un riesgo para la salud. "Esta carne no se debe lavar y no debe estar sin una refrigeración adecuada, aunque esté cocinada", señala la experta. Su ingesta puede acarrear posibles problemas por contagio de salmonela y listeria

Sin duda, el huevo -y sus derivados- es el alimento que está detrás de más intoxicaciones, no solo en los meses estivales. Las elaboraciones con huevo precisan de una correcta manipulación y de una cadena frio que debe cumplirse de forma escrupulosa para evitar la salmonela. "Las salas caseras que se hacen con huevo, por ejemplo, no están pasteurizadas y eso hace que sea más fácil que las bacterias se multipliquen. Aunque esté bien cocinado, hay algunas que siguen viviendo por encima de los 36 grados", explica Reviejo. 

Tan importante es la refrigeración como la manipulación

En lo que va de año, en Aragón se han registrado 93 intoxicaciones alimentarias, la última en Teruel por legionelosis, según el último Boletín Epidemiológico de la Comunidad. La salmonela, la listeria, las gastroenteritis bacterianas y el botulismo son las enfermedades más comunes.

El consumo de carnes crudas o de marisco y pescado sin cocinar también puede generar enfermedades, que en el caso de grupos de riesgo -embarazadas, personas mayores, niños e inmunodeprimidos- pueden ser especialmente graves y derivar en el ingreso hospitalario.  

"Es muy recomendable congelar siempre los pescados y mariscos, al menos unas 48 horas antes de su consumo, y descongelarlos en la nevera, nunca a temperatura ambiente. Una rápida subida de la temperatura puede general la proliferación de microorganismos como el anisakis", ilustra la nutricionista. 

Pese a lo que pueda parecer, las verduras, frutas, pastas y arroces también pueden ser fuente de problemas. "Hay que tener cuidado con cómo guardamos la comida en la nevera. Debemos asegurarnos de que no mezclamos o dejamos cerca frutas y verduras lavadas con otras que no lo están", comenta Laura Reviejo. Una solución para evitar el contacto entre alimentos es guardarlos en tápers.

Lavar y secar bien los alimentos es clave para evitar que se multipliquen las bacterias presentes en la comida. De la misma forma, la manipulación debe contar con unas medidas de higiene adecuadas. "Es conveniente no usar los mismos utensilios para cortar o cocinar algo que está crudo y algo que ya está hecho", recalca.