La hostelería, un año después: "Es un desastre"

El sector de la hostelería y el ocio nocturno es uno de los más castigados por la pandemia del coronavirus. De hecho, uno de cada dos empleados en ERTE trabajaba en este área, que ha reducido su facturación un 50% y tiene la vista puesta en el final de 2021 para intentar salir de una situación que califican de “desastre”.

“Hasta que no haya movilidad y la gente no pueda venir con tranquilidad, no vemos muchas perspectivas”, lamenta Maite Barra, propietaria del Restaurante Parrilla Albarracín en Zaragoza.

La discotecas y los locales de ocio nocturno han estado permanentemente en el punto de mira por el incremento de contagios. Estos locales, que han tenido que adaptar sus salas y terrazas con mamparas o estufas para poder seguir abiertos, aseguran que la situación es “insostenible”. Algunas de las estimaciones más optimistas creen que 1 de cada 3 establecimientos hosteleros no volverán a abrir la persiana.

“Que no engañen más a la gente ni que nos digan que nos han rescatado, es que seguimos pagando impuestos, alquileres, tasas, luz, pagamos todo. Y no hemos cobrado ni un euro, ni un euro", denuncia Alberto Campuzano, presidente de la Asociación Provincial de Discotecas de Zaragoza.

Además, exigen soluciones, leyes y reglamentos que cumplirán “a rajatabla”. “Estimamos que a partir del 2022 realmente pueda haber una reactivación efectiva de la actividad económica y, si todo va muy bien, que comience este año, pero calculamos que hasta el año 2024 no se va a recuperar el volumen de actividad económica que existía en el año 2019", concluye Jesús Boillos, secretario general de Horeca.