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UNIVERSIDAD

El mercado de los apuntes en la red, ¿un negocio para los estudiantes?

Algunos jóvenes suben sus textos a portales como el Rincón del Vago, Wuolah o StuDocu, mientras otros pagan por obtenerlos. El rédito económico suele ser tan exiguo que generalmente se convierte en un intercambio altruista

K. H. / C. A. / L. B. / EFE /
Jóvenes estudiando. / JCCM
icono foto Jóvenes estudiando. / JCCM

Podía ser una opción más de ganar un dinero extra para los estudiantes, pero aquellos que suben sus apuntes a portales como Patatabrava (Docsity), el Rincón del Vago, Wuolah, StuDocu, Unybook o Stuvia, entre otros, para que otros jóvenes se los descarguen previo pago, logran un rédito económico tan exiguo que se convierte más bien en una actividad altruista.

Es el caso de Marcos, un estudiante universitario que prefiere no dar su apellido y que decidió subir sus apuntes a una de estas plataformas, algo por lo que apenas obtuvo 40 céntimos. Cargó sus archivos en Wuolah, una de las webs que acumula seis millones de documentos. En este caso, no buscaba tanto lograr dinero con ellos, como "ayudar a todo aquel que lo necesitara", ya que a él le habían servido para sacar buenas notas.

Aunque la franja de entre 18 y 24 años constituye el perfil mayoritario de usuarios de los portales de apuntes, hay cada vez más mercado para la preparación de las pruebas de la EvAU. De hecho, Wuolah tiene 150.000 consumidores de temas de Bachillerato y unos 130.000, dedicados exclusivamente a contenidos para la prueba de acceso a la universidad.

"Normalmente ganas muy poco por descarga y necesitas llegar a 20 euros para poder sacar lo que has generado. En los dos años que llevo usando Wuolah he conseguido alrededor de 18 euros", detalla Laia, una joven que utiliza esta plataforma en la universidad, al ser una herramienta que le permite completar sus notas, y que antes de llegar al grado también compartió allí sus apuntes de bachillerato. 

Por su parte, Alba Gil, que está en segundo de Fisioterapia, destaca que usa mucho la misma plataforma. "Los apuntes suelen estar bastante bien, aunque no conozco a nadie que mercadee con ellos", apunta la zaragozana.

Pero este sistema de conseguir apuntes pagando no es bien visto por todos. Isabel Galindo, responsable de políticas educativas en Aragón y responsable federal de Estudiantes en Movimiento, se muestra contraria a este tipo de mercadeo, con el que no solo el creador del contenido consigue un rédito económico, sino también las plataformas, y apuesta porque sean las propias universidades las que pongan "a disposición de todos los alumnos cualquier apunte". 

Varias plataformas

Actualmente, tanto el creador de contenidos como el usuario están a un solo clic en los portales Patatabrava (Docsity), el Rincón del Vago, Wuolah, StuDocu, Unybook o Stuvia, entre otros.

Concretamente, Wuolah registró en 2022 un total de 8.000 creadores de contenido, que recaudaron 222.000 euros en total, unas cifras que se integran dentro de los siete años de vida de la plataforma 'online', que ya acumula 17.800 creadores que han ganado 898.000 euros.

Janira Planes, representante de Wuolah, detalla que la página web pretende dar un paso más y no ser solamente una plataforma de apuntes, por lo que se han habilitado nuevos servicios con vídeos explicativos y contenidos para Bachillerato. De hecho, Wuolah tiene 150.000 consumidores de temas de los últimos cursos de instituto y unos 130.000 dedicados exclusivamente a contenido para la prueba de acceso a la universidad.

Uso en aumento

Los profesores son conscientes de la existencia de estas plataformas y ven que su uso va en aumento. "Es una pasada, suben todo ahí, pero aun así seguimos pasándoles material con los conceptos básicos, que luego se desarrollan en clase y completan con apuntes", destaca Isabel, profesora de la Universidad de Zaragoza. 

Esta experta comenta que los estudiantes no solo cuelgan en estos portales los apuntes, sino también otras pruebas: "El curso pasado hicimos un ejercicio con una herramienta que se llama Socrative, con la que puedes hacer preguntas de tipo test, y luego las habían subido a esas plataformas".

Los alumnos suelen ser advertidos del uso responsable que deben hacer de los materiales utilizados en las asignaturas, dado que están sujetos a derechos de propiedad intelectual. "Les explicamos en clase y les ponemos mensajes en los cursos de Moodle (una plataforma de apoyo a la docencia de la Universidad de Zaragoza) sobre el tema de la propiedad intelectual, pero luego hacen lo que quieren", subraya esta profesora, quien al mismo tiempo lamenta la actitud de los estudiantes. "La vagancia de los alumnos es tal que, en lugar de copiar, se ponen a hacer fotos de todo lo que se proyecta en clase", concluye.