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'STUDY WITH ME'

Cuando estudiar se vuelve un hábito contagioso en las redes

La zaragozana Ana Blanca Aguaviva ha creado una comunidad de más de 40.000 seguidores en Twitch, donde comparte sus horas de estudio. Una alternativa a las bibliotecas durante la pandemia

SILVIA ROMEO /
icono foto La estudiante e influencer zaragozana Ana Blanca Aguaviva (@anablanchustudy en Instagram).

Tradicionalmente se estudiaba con lápiz y papel. Materiales a los que en la última década, y en los cursos superiores, ya se ha sumado el ordenador. Los hábitos de estudio evolucionan a la par que la sociedad, y en los últimos años, marcados por la influencia de las redes sociales, se ha creado una nueva tendencia: el 'Study with me' que, en definitiva, consiste en canales de YouTube o Twich donde una persona comparte en directo sus horas de estudio para que el resto pueda contagiarse de su concentración y estudiar con ella. 

La zaragozana Ana Blanca Aguaviva, de 22 años, es famosa en el mundo digital por compartir las horas que invierte en casa para sacar adelante el grado en Medicina, del que ya se encuentra a un año de terminar. Se la conoce bajo el apodo 'Anablanchu' (anablanchustudy en Instagram y @anablanchu en Twitch), y en estas redes sociales concentra en total más de 110.000 seguidores. Cifra que supera los 300.000 si sumamos el resto de plataformas donde también publica contenido. "Estoy el 100% de las horas que estudio en directo, de otra forma ya no me concentro", apunta la joven.

Ana Blanca empezó en la redes con 19 años, al iniciar el grado universitario, con el objetivo de enseñar a otros jóvenes "cómo era la carrera desde dentro". Poco a poco, sus vídeos explicativos en YouTube fueron derivando en conversaciones con sus seguidores sobre exámenes, material escolar, notas y técnicas de estudio. Un par de años más tarde, descubrió el 'Study with me', un tipo de contenido que se viralizó durante la pandemia, cuando muchas bibliotecas estuvieron cerradas. Entonces, se abrió cuenta en Twitch. "Antes del confinamiento la gente se metía a mi directo y preguntaba qué era exactamente, pero ahora ya nadie pregunta. Todo el mundo lo conoce", asegura.

Estudiantes de Bachillerato, cursos superiores e incluso opositores. Cualquier persona con ganas de estudiar puede meterse en los directos de Ana Blanca. Al acceder, únicamente encontrará a una chica joven estudiando, con el sonido ambiente de su habitación y un chat desactivado en el que solo podrá hablar durante los descansos, que en el caso de la zaragozana son de cinco minutos porque sigue el conocido como 'método Pomodoro' -técnica de estudio que consiste en estudiar 25 minutos y descansar cinco-. "Durante la pausa hablamos absolutamente de todo: política, actualidad... Casi intento sacar temas polémicos como el aborto o la eutanasia porque quiero pensar que es un espacio para que todo el mundo hable de forma respetuosa", indica Aguaviva.

De hecho, Ana Blanca activa en la propia plataforma de Twitch un contador, que le avisa a ella y al resto de participantes cuándo pueden levantar la cabeza del papel. Una fórmula, dice la joven, que le ayuda a ella misma a concentrarse: "No imaginaba que esto se pudiera hacer, pero ahora no veo otra forma de hacerlo. A mí me sirve y mucha gente me escribe diciéndome que a ellos también". La estudiante admite que nunca ha sido de estudiar en biblioteca "por poder estar cómoda", y que ahora, saber que hay miles de personas mirándole estudiar le da "presión para seguir y no parar". 

Cada día, esta estudiante recibe agradecimientos de sus seguidores. También las madres de algunos de ellos le transmiten su contento por la influencia que ejerce en sus redes. "Me preguntan todos los días si voy a estudiar, y me piden que me quede más rato, pero también tengo que poner un límite, no puedo ceder siempre", agrega, para comentar entre risas que las propuestas de estudio son su "cruz" en las redes sociales.

Ana Blanca aprovecha cualquier momento para hacer un directo: exámenes, trabajos o los deberes de inglés. Para ella, sus seguidores son "como una familia", y comparte con ellos aspectos privados como las notas que saca o cómo vive las prácticas que realiza en el hospital. "Me siento muy a gusto, que esto a veces es malo porque cuento cosas que no debería, porque no sabes quién hay detrás de la pantalla", añade. Sin embargo, afirma que no suele recibir críticas, "al menos a la cara". La mayoría de sus seguidores son mujeres de entre 18 y 40 años.

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