Publicidad
PROGRAMA OBJETIVO

Así se integran en colegios de Aragón los niños inmigrantes de más de 100 nacionalidades diferentes

Los menores refugiados afganos y ucranianos ya están siendo escolarizados. El idioma es su principal barrera

ARAGÓN NOTICIAS /
Pulsa para ampliar

Con solo siete años, Dania ha tenido que dejar atrás a sus amigos y su familia por culpa de la invasión de Rusia a Ucrania. No entiende ni una palabra de lo que le dice la profesora ni sus nuevos compañeros de segundo de primaria en un colegio de Tauste, pero el cariño y la paciencia son el mejor lenguaje. Ella es una de las protagonistas del reportaje 'Nueva vida, nuevo cole' que ha emitido este sábado el programa Objetivo. En él se aborda la integración de los niños en el sistema educativo cuando tienen que abandonar su país. 

En los colegios de Aragón se mezclan más de 100 nacionalidades diferentes. La mayoría de ellos, 8.200, son rumanos. Les siguen los estudiantes de origen marroquí, con más de 7.000 alumnos. El idioma es la principal barrera, aprender castellano y adaptarse a las nuevas costumbres les supone un gran esfuerzo. También a los profesores, que no pueden dejar de atender al resto de alumnos.

"Para que el niño se familiarice con los demás, le han entregado algo que les ha costado hacer, como una muestra de afecto hacia él, es una manera de establecer unos vínculos afectivos y ya poco a poco con el día a día, con la rutina, él irá entrando poco a poco, adquiriendo el idioma y será lo que le ayudará a sentirse bien", explica Rosana Lasala, profesora de infantil y primaria en el colegio de Tauste donde estudia Dania.

Leonor Latorre, compañera de Dania, asegura que le gusta recibir a niños de otros países "aunque no sepa su idioma". Al lado de Dania se sienta otro compañero, Armin Grec. "Ahora que ha venido y estoy al lado suyo, le estoy ayudando y creo que le estoy cayendo bien", explica. Dania no es el único de la clase que ha pasado por este choque cultural. Polina vino de Bulgaria hace dos años y ahora sus notas son excelentes. "En Lengua saco a veces un ocho, un nueve más o menos. En inglés saco un diez", cuenta la niña en el reportaje. Otro caso es de Lenia, que llegó de Marruecos y todavía necesita clases de refuerzo, porque pasar del árabe al español es muy complicado. Pero aún así, sigue el ritmo de sus compañeros. "Ha sido super difícil. Bueno, no tan difícil pero me ha costado, porque había venido y yo no sabía nada. Ayudándome mis amigos. Leer me cuesta", nos cuenta. 

Mohamed llegó hace cinco meses de Pakistán y se incorporó a la clase de cuarto de primaria. Mientras el curso avanza con asignaturas complejas, su profesora le enseña palabras básicas. "La verdad es que no tenemos medios suficientes porque realmente no tenemos ningún apoyo. Como mucho, media hora a la semana viene una compañera y se lo lleva para que aprenda español, pero nada más. Entonces, él, sí que es verdad que se ha adaptado a esperar y, cuando yo puedo atenderle, pues le atiendo. Pero si estoy explicando al resto de la clase espera a que yo le mande algo, o si le he mandado tarea la va haciendo" dice Mercedes Esteve, profesora de cuarto de primaria. 

5.000 niños matriculados fuera de plazo

En Infantil todo es más sencillo porque los niños más pequeños son como esponjas y tienen una gran capacidad de adaptación a través del juego. Así lo explica Beatriz Molinos, educadora infantil: "Cuando les ves disfrutar y cuando les ves que sonríen y que juegan en el recreo...ese es nuestro primer objetivo, que estén bien y contentos en el cole, que estén a gusto". 

Los chavales del último curso, sexto de primaria, son el reflejo de que las barreras se pueden salvar. "Vine hace cuatro años y las dificultades eran que yo creía que el español era un poco difícil, pero a los tres meses ya sabía vocalizar y pronunciar bien, pero tenía mucha vergüenza y no hablaba. Al final, fui aprendiendo a lo largo de los años y aprendí mucho", cuenta Adam Fitah, de origen marroquí. Ivaylo, que llegó de Bulgaria es otra prueba de la integración: "Hablo español y búlgaro. En el colegio me encuentro bastante bien. Tengo amigos aquí y me lo paso bien", explica. 

Cada año, se matriculan en Aragón unos 5.000 niños fuera de plazo. La mayoría son rumanos y marroquíes, según explica Ana Montagud, directora general de Planificación Equidad Educativa. "Tenemos el sistema preparado para poder acogerles y además en la comunidad autónoma contamos en cada uno de los centros con protocolos de acogida para que las familias cuando llegan sepan las características básicas del centro, qué tienen que hacer y demás", asegura. 

Muyib tiene 12 años y sólo lleva seis meses en España. A la vuelta del cole, sus padres le esperan en la casa que el Ayuntamiento de Zaragoza les cede como refugiados afganos. Toda la familia se esfuerza por adaptarse a las nuevas costumbres  y van a clases de español, aunque echan de menos su vida anterior. "Yo ahí trabajaba en la embajada de España en Kabul", cuenta el padre. La madre asegura que ahora está "feliz", pero asegura que el primer día "fue muy difícil para todos". "El primer día de colegio fue muy difícil porque un colegio de Afganistán y un colegio de aquí...son muy diferentes. Tengo muchos amigos, muchos amigos del colegio. También profesores, las profesoras son una ayuda para mi", cuenta Muyib. 

Detrás de cada una de estas historias, está la paciencia y la vocación de los profesores. Su sobreesfuerzo hace posible la integración de estos chavales sin desatender un curso que avanza para el resto de los compañeros.