SD Huesca, las causas de un frenazo

Dos victorias para confirmar las expectativas de ser uno de los favoritos al ascenso y dos derrotas para que surjan las dudas en la SD Huesca. Mientras Marc Mateu trata de poner calma y sentido común ("ni éramos tan buenos antes ni somos tan malos ahora"), el entrenador Nacho Ambriz reconoce que han pegado un bajón: "Hicimos dos buenos partidos al inicio y es cierto que no hemos estado tan bien en estos dos últimos", afirma. 

Contra Las Palmas y el Real Oviedo el equipo salió al campo mucho más frío y se llevo un dos goles seguidos en Canarias y otro en contra en Oviedo. Un factor se ha repetido en este cambio de resultados: la salida del equipo no ha sido tan intensa o con tanta concentración en las dos derrotas como en los dos primeros encuentros en el Alcoraz. En Las Palmas a los seis minutos y el domingo ante el Oviedo a los 13 ya tenía en el marcador en contra. El Huesca tras no recibir un gol en las dos victorias ha encajado cuatro en las dos derrotas. La presión alta de los dos anteriores rivales desquició a un Huesca que sí que tuvo la posesión de balón pero no el control del partido. 

"Nos está faltando esa solidez defensiva que a veces necesitamos", explicó Ambriz tras la derrota ante el Oviedo. Un partido además Ambriz cambió de sistema, aprovechando la presencia de Adolfo Gaich como delantero centro. Con el 4-4-2 como sistema, dejó en el banquillo a Nwakali y a Joaquín Muñoz, y a Seoane y Mikel Rico como doble pivote. El equipo altoaragonés perdió el centro del campo y el Oviedo le encontró las costuras a sus espaldas. 

Un sistema que también varió con los cambios. Juan Carlos y Nwkali entraron al campo para dotarle de músculo y técnico al equipo, pero no fue suficiente. Ahora, Lugo es la siguiente parada de un equipo en construcción.