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Paso atrás para una SD Huesca que pierde la fuerza del arranque liguero

El conjunto de Nacho Ambriz sufre su segunda derrota consecutiva, tras un partido de ida y vuelta

Manu González /
Pulido, agarrado por un rival. Imagen: LaLiga.
icono foto Pulido, agarrado por un rival. Imagen: LaLiga.

Paso atrás para una Sociedad Deportiva Huesca que tendrá que despertarse tras la bofetada recibida ante un Real Oviedo que le ha encontrado las costuras. Derrota por uno a dos en un partido con muchas lecturas: los de Nacho Ambriz han sido superiores a los puntos (mayor posesión, tiros a puertas, llegadas, ocasiones claras) pero sin llegar a dominar el juego. Paradójicamente un Oviedo valiente que le ha venido a buscar arriba encontró la forma de acuchillar su defensa, buscarle las cosquillas. Borja Bastón y Samuel Obiang le han colocado la estaca a un Huesca fluido, fresco y desordenado a un tiempo, que continuó con las virtudes vistas en estas primeras jornadas... y algunos errores que habrá que corregir. Y es que ha sido un partido alegre, lleno de ocasiones e ida y vuelta, en el que el rival Samuel ha dinamitado las opciones oscenses en la recta final. 

Y eso que la  noche prometía. Ambriz apostó por un 4-4-2 con Ferreiro y Mateu por las bandas y Escriche acompañando al flamante Adolfo Gaich. Atrás, Cristian Salvador y Pulido solventaron sin apuros las primeras salidas de un Real Oviedo bien plantado que empezó con descaro. Los dos equipos intentaban buscarse las costuras, en un partido con llegadas al área y poco balón en la medular. La posesión era del Huesca pero el Oviedo rompía líneas rivales con facilidad. Tanto que en el minuto seis Ahijado encontró un balón franco en el lateral para mandarle un centro delicioso a un Borja Bastón que se impuso a los centrales para marcar un golazo de cabeza. El ariete, soldado en mil batallas, se lanzó en plancha como en los viejos tiempos para doblarle las manos a un Andrés Fernández que no pudo hacer nada. De un saque de banda en largo al corazón del área oviedista el Huesca tuvo la mejor ocasión para el empate: Ferreiro disparó fuera con todo a su favor. Minutos después Gaich, hiperactivo siempre, pidió un penalti que Monescillo obvió.

El Huesca era incapaz de descifrar los caminos hacia el área ovetense. Su presión alta desquiciaba a los de Ambriz: la pólvora y la calidad oscense estaban presentes como una sombra, pero el Oviedo se quitaba rápido el peligro. Los picos de posesión del Huesca eran de casi el 70%, pero no había sensación de dominio local. Eso sí, el Huesca llegaba, por ejemplo con un remate de Buffarini fácil a las manos de Femenias, que en el minuto 36 lo dio todo para sacarle un balón a bocarrajo a Escriche. Un auténtico paradón que acabó por despertar a un activo Alcoraz que vio la mejora de un Huesca que la volvió a tener en la zurda de Mateu, que dejó su huella en el travesaño tras una buena jugada de Ferreiro. Fue el último ataque antes del descanso. 0-1, y todo por jugar tras la mejoría oscense. 

El regreso al campo trajo un susto de muerte. Borja Bastón se quedó sólo ante Andrés y definió a la perfección pero el árbitro pitó y el VAR lo confirmó: estaba en fuera de juego por unos milímetros. El Huesca se sacudió los temores con una peinada de Mikel Rico en jugada de estrategia botada por Marc Mateu que se fue fuera por poco. El partido se fue enredando y los protagonistas se empezaron a perder entre rencillas, faltas, tánganas. El Oviedo continuaba con su presión incansable dificultándole mucho la salida al Huesca. Tal vez por eso mismo, Juan Carlos y Nwakali entraron por Mikel Rico y Gaich. Había que meterle pausa y músculo. Y justo tras el doble cambio, llegó el gol: centro de Marc Mateu con la curva perfecta, testarazo de fe de Pulido al corazón del área y ahí apareció Escriche para colocar el pecho mientras caía para encontrar la llave del empate. 1-1 y media hora por delante. 

Sangalli disparó con cicuta en el 76, lo mismo que Seoane tres minutos más tarde contra un defensa. No había respiro ni pausa, mucho menos con el goteo de cambios, piernas frescas como las de Enzo Lombardo. Pero el más rápido e inteligente fue Samuel Obeng: le robó la cartera a un lento Salvador, se le fue en velocidad y definió a la perfección. Un 1-2 gélido, que descompuso a los de Ambriz para la recta final. Cambios, rencillas, amagos de peleas... toda la fluidez que habían tenido los azulgranas se esfumó de forma súbita. El último minuto, con Pulido expulsado por protestar, fue símbolo de una dura derrota que se acabó consumando sin poder generar nada de peligro tras la cuchillada de Samuel. Paso atrás... pero aún queda tiempo. 

SD Huesca: Andrés Fernández; Buffarini, Cristian Salvador, Pulido, Florian Miguel; David Ferreiro (Lombardo, 76'), Mikel Rico (Nwakali 66'), Seoane, Marc Mateu; Gaich (Juan Carlos 66'), Escriche

Real Oviedo: Joan Femenias; Ahijado, Costas, David Calvo, Cornud; Sangalli (Aias, 86'), Suárez, Luismi (Borja Sánchez, 67'), Rozada (Javi, 67'); Borja Bastón (Brugman, 75'), Samuel Oheng (Arribas 86')

Goles: 0-1, Borja Bastón (12'); 1-1, Escriche (63'); Samuel Obeng (80')

Árbitro: Arcediano Monescillo (Comité Castellano Manchego). Amonestó a Luismi (7'), Suárez (35'), Gaich (51'), Borja Bastón (57'), Escriche y Femenias (85'), y expulsó a Pulido (93' y 94')

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