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ALPINISMO

¿Cómo sobrevivir 62 días en solitario a 7.000 metros de altura?

Fernando Garrido, que estableció esa marca de resistencia en la cima del Aconcagua, nos explica las claves que le permitieron hacer realidad ese exigente reto

Aragón Deporte /
icono foto Fernando Garrido, durante su estancia en la cima del Aconcagua.

El pasado 13 de febrero se cumplían 36 años desde que Fernando Garrido estableciera el récord de permanencia en altura. El aragonés pasó 62 días en solitario en la cumbre del Aconcagua, a casi 7.000 metros de altitud, para establecer una nueva marca que nadie ha superado desde entonces. En una charla con Aragón Deporte, el alpinista ha recordado cómo fue aquella experiencia y las claves para que llegara a buen puerto.

"Cuando leí el libro con el récord del francés Nicolás Jaeger -entonces poseedor de la marca tras pasar 60 días en la cumbre del Huascarán en Perú- me maravilló y empecé a darle vueltas a la idea". Ese fue el inicio de una aventura que emprendió en solitario y con escasos medios ya que por entonces contaba con escasos apoyos económicos. 

Una aventura de una dureza extrema: "Allí estás siempre atontado. Cuesta hacer cualquier cosa y cuesta pensar. No tienes energía porque hay muy poco oxígeno. Lo que apetece es estar tumbado sin hacer nada", explica, antes de remarcar: "No se puede vivir en las grandes alturas. Allí aguanté dos meses y perdí 17 kilos. ¿Si podría haber aguantado más? Sí. Pero estás en una muerte lenta. Nadie puede aguantar un año en esa altura. Yo podría haber aguantado más, pero estando más cerca del límite. Y si cruzas la línea ya no hay marcha atrás".

¿Cómo se preparó para este reto? Fernando Garrido lo recuerda así: "Siempre le he dado mucha más importancia a la parte mental y motivacional que a la parte física. Naturalmente, la parte física es importante, pero en grandes alturas eso no es lo más importante. Lo es más la resistencia o la motivación". Además Fernando Garrido ha explicado que siempre tuvo claro dónde estaba el límite: "Hay que tener claro además que lo importante es volver, el cementerio está lleno de himalayistas valientes. Mi filosofía siempre ha sido que lo importante es llegar a viejo".

Rememorando este hecho, queda una pregunta en el aire: ¿Repetiría esta experiencia? "Me lo han preguntado varias veces y la respuesta es siempre la misma: No. Son cosas que se hacen una vez en la vida. Me salió bien, pero me podría haber salido mal porque ahí estás al límite", asegura rotundo.