Un paseo por las romerías aragonesas

Un año más llega el tiempo de recoger cosechas y en el campo miran al cielo en busca de agua. Por si las lluvias se hacen esperar o no son suficientes, la tradición manda sacar los santos a la calle. Mayo y junio son meses de romerías en todo Aragón. Este año no sabemos si podremos disfrutarlas como de costumbre, por eso les proponemos un paseo radiofónico por algunas de las más curiosas.

El agua y la lluvia son verdaderos tesoros, y más en comunidades tan agrícolas como la nuestra, por eso son el motivo de muchos de estos peregrinajes, pero hay otros.  Algunas romerías, por ejemplo, dan gracias a la virgen o a los santos por haber librado al pueblo de plagas y enfermedades. Los vecinos de Asín, en Zaragoza, suben a la ermita de la Virgen del Campo Han oído hablar de este peregrinaje desde que eran niños.

Santa Quiteria es una de las beatas que despierta más devoción en las tres provincias durante estas fechas. En Alhama de Aragón, en Zaragoza, el carácter popular de la fiesta y la participación de sus habitantes protagonizan las celebraciones y la romería en honor a ella. Las parejas que reciben las denominadas varas son las encargadas de la organización de todos los festejos. 

También el pueblo zaragozano de Cetina realiza una romería dedicada a Santa Quiteria. Los romeros acuden en tractores a la ermita, situada junto al manantial de agua que abastece el pueblo. La Cofradía de la localidad es la encargada de la organización de una fiesta en la que grupos de familia y amigos comparten comida y bailes en la explanada de la ermita. 

También festejan a Santa Quiteria en La Almolda, en Zaragoza., pero no es su única patrona. Los vecinos de esta localidad salen en romería en honor a San Úrbez. Isabel Olona, vecina del municipio, señala los orígenes del culto a estos santos.

Continuamos por las tierras áridas de Los Monegros para detenernos primero, en Tardienta, y en Sariñena. Dos localidades altoaragonesas que, tradicionalmente, salen en procesión para pedir lluvias para sus cosechas. 

Emprendemos el ascenso hacia el Pirineo, concretamente, hacia la comarca del Alto Gállego, que tiene en su tradición muchas y variadas romerías. El origen de este entramado de peregrinaciones podría remontarse al siglo XVII, una época caracterizada por las malas condiciones sociales y económicas. Entre las muchas que se celebran en estas tierras pirenaicas destacan en estas fechas, la romería de las Escoronillas, la del día de la Trinidad y, muy especialmente, la Santa Orosia. 

Recorriendo la provincia turolense encontramos también curiosas y bonitas romerías. En Albentosa, por ejemplo, se hace una marcha hasta la ermita de la Virgen de la Cueva Santa y es tradición repartir molletes y tirar harina.

Los vecinos del pueblo de San Agustín dedican su peregrinación a la Virgen de Pradas y los de Alpenés a la Virgen de la Langosta. Y vecinos de Escucha, Cuevas de Almudén y Mezquita de Jarque se reúnen cada año para peregrinar en Sant Just. Allí precisamente ponemos fin a este viaje por las romerías aragonesas, que volverán a celebrarse.