‘Un blues para Teherán’, una radiografía del sentir iraní

Javier Tolentino dirige su ópera prima, Un blues para Teherán, después de una trayectoria de más de treinta años ligada a los micrófonos de Radio 3 de RNE salta a la dirección cinematográfica con un homenaje al pueblo persa.

Erfan, es un joven kurdo, bufo e irónico. Canta, escribe poesía, vive con sus padres y su loro pero no sabe nada de amor. Él es uno de los pequeños fragmentos que describen la realidad de un pueblo, en el que conviven tradición y modernidad. El vehículo a través del cual iniciaremos un viaje poético y tragicómico hacia los rostros anónimos de Irán.

Bahman, músico taleshi, que cuenta de dónde surgió el origen de la música. La dulce Golmehr, que bajo su aparente fragilidad esconde una gran fortaleza. Asghar, pescador patriótico del Caspio, que atesora una sensibilidad poética extraordinaria. Army y Yasi, que sueñan con convertirse en grandes actrices. Y Meysam, aliado de Erfan, que comparte con él su pasión por el cine. A través de la poesía y de la música, nos revelarán los sueños que laten ocultos en sus almas.

Un blues para Teherán no es una película épica ni política, "sino un cuento, un diario de viajes que derribará los estereotipos construidos sobre la sociedad iraní", explica su director en una entrevista en 'La Cadiera' de Aragón Radio. Una pequeña aventura que nos demostrará que "quizás los hilos que mueven la historia no están en los mercados, ni en las urbanizaciones blindadas, sino escondidos entre músicos y poetas, entre hombres y mujeres persas, que desde su silencio, esperan el momento de contarlo", completa Tolentino.