Sonsoles Ónega llama a la puerta de las pasiones prohibidas

La periodista y escritora está muy contenta de que por fin, tras el parón de la pandemia, su sexta novela haya visto la luz. En ella habla de un viejo amor de los años 90 que se produjo entre los dos protagonistas del libro, Constanza y Mauro, que vuelven a reencontrarse veinte años después. Se da la circunstancia de que Mauro es sacerdote y aunque en todo el tiempo que ha transcurrido desde que estuvieron juntos han pasado muchas cosas y ya no son los mismos, vuelven los sentimientos.

La autora habla de la ruptura de todo lo establecido basándose en el personaje de Mauro, al que compara con el cambio que ha experimentado España en los últimos años, incluso en el plano moral. Explica la periodista que un sacerdote en la vida real le ha ayudado a configurar el personaje y le ha sorprendido la naturalidad con la que se lo ha tomado. Opina además que "hay muchas historias de amor de este tipo hoy en día".

Reflexiona Sonsoles Ónega cuando dice que "la novela hurga en las costuras de todo lo establecido", que "es verdad que hemos avanzado mucho, pero que siguen recayendo sobre la mujer algunos juicios que nos hacen todavía caminar más lentas". "Todavía tenemos que cambiar las reglas del juego", concluye.