Natalia Carrero: 'Un desparrame sobre el papel'

“Un manotazo gigante acabó con sus sueños, y fue ahí cuando ella comenzó a beber”. Así comienza la historia de la nueva novela de Natalia Carrero. La protagonista, Mónica, es una mujer de 49 años, que atraviesa el alcoholismo, la precariedad, la violencia y el mundo de las enfermedades mentales en un universo crudo, pero acompañado de humor, ironía y ternura. Ella representa las fuertes connotaciones negativas que adquiere el alcoholismo cuando se trata de una mujer, y la invisibilización a la que se la somete por ello: “en esta sociedad que habitamos, un borracho no es lo mismo que una borracha”, asegura Sol Salama, editora del libro que acompañaba a la autora en el programa de La Torre de Babel en Aragón Radio.

“Mónica bebe y sobrevive, ve pasar la vida y escribe”

La fundadora de la editorial Tránsito asegura que lo que le llamó la atención de “Otra” fue “la escritura tan particular y especial de Natalia”. Destaca además que los temas que le interesa publicar acostumbran a ser profundos, intensos y fuertes, pero que además se pueden tratar con un lado de humor: “que nos podamos reír, al fin y al cabo, es importante”.

Un desparrame sobre el papel

Una historia que puede parecer desconcertante en un principio analiza las circunstancias y vida pasada de un personaje “profundamente humano” que, debido a sus circunstancias, se plantea inquietudes como “acabar con la institución familiar”. La historia de Mónica está fuertemente condicionada por la condición de su hermano, un enfermo mental que padece esquizofrenia y cuya familia lo esconde en una clínica psiquiátrica. Además, se habla también del conflicto de lo doméstico, el trabajo no remunerado y lo que la sociedad valora (o no) como esfuerzo.

Esta historia consiste en un género testimonial, condición que convierte su escritura en un proceso complicado: “trabaja con lo común, con lo doloroso”, y muestra una realidad eminentemente cruda.

La estructura del libro no es convencional: está compuesta por unas memorias, dedicatorias, e incluso una galería de retratos de 15 mujeres “bebedoras” cuya individualidad y domesticidad las clasifica como mujeres del montón nada glamurosas. Así, Natalia Carrero las saca de ese pozo de invisibilidad y las muestra al mundo.

Una investigación vital y de mucha lectura

La autora asegura que “tenía claro partir del alcohol, pero no se puede trabajar en aislado”: los testimonios de mujeres anónimas con tendencias alcohólicas son cuadros de desigualdades sociales, que dejan entrever un contexto más grande que se desmarca del tópico “graciosilla borracha”. Reivindica así que este tipo de adicción está extremadamente normalizada, identificada como una celebración y que puede convertirse fácilmente en una disfuncionalidad.

De esta manera, “Otra” cuenta la historia de una mujer que intenta salir de una realidad terriblemente dolorosa, pero adornada también con pinceladas de humor.