Monzón acoge la semana fotográfica ‘Monzonfoto 2022’

Las salas Cerbuna, Hall y Xanduró de la Casa de la Cultura de Monzón acogen entre el 7 y el 18 de noviembre la semana fotográfica Monzonfoto 2022. El programa incluye dos exposiciones los días 14 y 15 de noviembre. Además, la exposición de Jaime Boleda estará disponible hasta el próximo día 18 de noviembre en un horario de 18h a 20h.

Programa

Lunes 14 de noviembre

“Breve historia de la fotografía en Aragón. Pasión por el Pirineo" por Antón Castro

El periodista y escritor Antón Castro, aunque gallego de origen, es uno de los mayores divulgadores culturales de Aragón. Su dilatada labor de divulgación cultural, que ha desarrollado en estos años, ha sido reconocida con innumerables premios y reconocimientos. Entre ellos destacan el premio nacional de periodismo el año 2013 y el galardón José Antonio Labordeta el 2020, por citar algunos. Gran conocedor de la historia de la fotografía en Aragón, Castro realizará un recorrido por las trayectorias de sus fotógrafos claves: Aurelio Grasa, Lucas Cepero, Ricardo Compairé y Jalón Ángel, entre otros.

Martes 15 de noviembre

"La mirada humanista, de la calle a la empresa” por Jacques Valat

El interés de Jacques Valat por la fotografía está estrechamente ligado a su atracción por la vida de los demás. Su mirada lúcida, llena de cercanía, obra en cada ocasión la magia del encuentro. Desde sus inicios en la fotografía de calle, cuando recorría el París popular, hasta sus trabajos recientes en empresas de renombre, sus imágenes delatan un mundo habitado por personas individuales, merecedoras del tiempo del encuadre y de la pausa del disparo. Jacques Valat nació en Puy-en-Velay, Francia, pero desde 2003 reside en Huesca y se considera oscense. Gran conversador, escucharle hablar de fotografía es no solo un placer sino también un aprendizaje.

Exposición

Jaime Boleda Vila, la cámara viajera. Un relato fotográfico de su entorno y aficiones.

Jaime Boleda disfrutaba con la fotografía. Sus imágenes son fruto de su conocimiento, de años de pruebas y de compartir su pasión con su familia, que a la vez eran sus modelos. Todo es posible en su mundo imaginario: bodegones en el comedor de casa, macros en la mesa de la cocina y toda suerte de experimentos con flores, cardos, cestas y un largo etcétera de inanimados hasta conseguir los resultados que esperaba. Pero no terminaba allí su trabajo, pues al llevar esos negativos a su ampliadora los volvía a reencuadrar para buscar la mejor opción. Desde su atalaya de la avenida Goya, sus negativos reflejan los eventos de aquellos años de transición: ferias, fiestas y un recorrido por el día a día de la ciudad bajo su personal punto de vista. Su otra pasión, el excursionismo, le llevo a recorrer con su familia el Altoaragón fotografiando una cultura y unas costumbres que estaban a punto de desaparecer. Él fue uno de los narradores, con su cámara, del estado de muchos pueblos antes de su abandono.