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Mario Molins, el escultor de la vida

El oscense establece con sus creaciones un diálogo entre la madera de los árboles, el territorio y el ser humano que lo habita

ARAGÓN CULTURA /

Existe una antigua cuadra de ganado en Binéfar en la que el escultor Mario Molins ha instalado su "santuario". Allí trabaja con madera proveniente de árboles secos que vuelven a brotar tras sus intervenciones artísticas.

"Mi abuelo me enseñó a podar y, con el tiempo, yo aplico los conceptos de poda en mis creaciones", explica Molins. El día que su abuelo falleció, plantó uno de sus olivos en la puerta de su taller como homenaje a la persona que le enseñó a mirar el territorio de forma distinta.

"Puede parecer algo sobrenatural y lo es", continúa Molins que, en su obra, plasma una búsqueda constante de la naturaleza y de su conexión con el ser humano. "De la ruptura, nace la vida", concluye.

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