Los secretos de Supermaño

Mantenerse en el tiempo nunca es fácil. Tampoco permanecer fiel a un ideal, a un garabato, a un tipo de humor. Seguir llegando al público tras 35 años de historia, solo tiene una palabra, resistencia. Y de eso sabe mucho Alberto Calvo, el artífice de la tira cómica 'El Supermaño', aunque diga que no sabe contar chistes porque es "muy soso".

Su personaje surgió poco después que Superman: "Nos parecía muy exagerado y nos reíamos en casa, se me cruzaron los cables y salió ese personaje", recuerda en una entrevista en el programa 'Atónitos Huéspedes' de Aragón TV. Si Superman tiene ocho cabezas de proporción, Supermaño tiene tres y eso ya es motivo de risa para su creador: "Supermaño es torpe, tiene las patas cortas y el centro de gravedad fuera de lugar", explica.

El dibujante cuenta que le gustan los aforismos y sintetizar, en apenas tres viñetas, una historia que tenga contenido. ¿Cuál es el secreto para mantener durante tanto tiempo un monigote? Calvo lo tiene claro: las horas que se invierten en el trabajo que no se ve. Respecto al éxito de su humor, explica que lo más complicado es hacer reír a gente que no tiene sentido del ridículo o que se ríe de los demás. Cuenta que hay gente que se ha enfadado, aunque la cosa no ha ido a más, afortunadamente.

Lo que sí es importante, destaca el autor, es soportar que tus creaciones no siempre gusten. O que gusten demasiado, porque según él, el público mitómano es muy peligroso: "mira lo que le pasó a John Lennon", añade. "Mi vocación, aunque no lo consigo, es ser universal", expresa Calvo, pero su personaje Supermaño es ya toda una institución en la tierra que le vio nacer.