'Los intocables': Haga usted el favor, señor cartero

Si en la actualidad pensamos en cartas y en carteros, seguro que lo primero que nos viene a la cabeza, son las comunicaciones del banco, el aviso de que ya nos toca pasar la ITV, alguna misiva del ayuntamiento que abrimos siempre con recelo no sea que nos haya caído una multa por aparcar donde no debemos.

Pero hubo un tiempo en el que los carteros eran esas personas a las que, con su gran cartera de piel marrón cruzada sobre el pecho, esperábamos con impaciencia, agazapados tras los visillos por si por fin traía esa carta que podía acelerar nuestro pulso.  Los amores a distancia prosperaban gracias al patrocinio de San Gabriel Arcángel, patrón de los carteros.

Aunque no nos engañemos, además de buenas nuevas, los carteros podían ser portadores de otras aciagas noticias. Despedidas, rupturas, desengaños...