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Las mil caras de Clint Eastwood: de Harry el Sucio al Sargento de Hierro

El director y actor estadounidense cumple 90 años y rescatamos algunos de los títulos de su extensa filmografía

ARAGÓN CULTURA /

Clinton Eastwood jr. nació en San Francisco un 31 de mayo de 1930. Durante su juventud tuvo multitud de empleos; socorrista, repartidor de periódicos, empleado de tienda, bombero forestal o caddie de golf. Tras pasar por el ejército tomó la decisión de dar el salto al mundo del cine.

Al principio con poco éxito ya que, aunque tenía buena planta, sus dotes interpretativas no estaban desarrolladas. Los papeles de relleno se fueron sucediendo hasta que llegó su oportunidad con una serie en formato western que estaba produciendo CBS; “Rawhide”, que en España conocimos como "Látigo"

Algo debió mostrar en pantalla ya que el Oeste pasaría a formar parte de su legado ya que su primer papel importante fue en la década de los 60 y ya dentro de la famosa trilogía del dólar dirigida por Sergio Leone en Por un puñado de dolares. La trilogía se completó con La muerte tenía un precio y El bueno el feo y el malo. Durante la guerra civil norteamericana, tres cazadores de recompensas buscan un tesoro que ninguno de ellos puede encontrar sin la ayuda de los otros dos. Así que colaboran entre sí para conseguir el botín.

Fue tan importante el trabajo dentro de esta trilogía que propició un nuevo subgénero: el spaghetti-western de la que fue máximo exponente y que le encasilló durante unos años, incluso siendo llamado para un western musical: 'La leyenda de la ciudad sin nombre', en la que tiene un rol también como compositor musical, otra de sus pasiones.

En los 70 consiguió papeles alejados del mundo del oeste, siguió manteniendo el papel de duro y consiguió volver a hacer historia con el papel del detective Harry Callahan en una nueva trilogía, la de Harry el sucio. Harry Callahan es un duro policía que se ha criado en la calles de San Francisco. Sus compañeros le llaman Harry el Sucio por sus particulares métodos de lucha contra el crimen y porque siempre se encarga de los trabajos más desagradables. Cuando un francotirador que se hace llamar 'Scorpio' asesina a una mujer desde una azotea y promete matar a más personas si la ciudad no le paga 100.000 dólares, el inspector Callahan será el encargado de intentar resolver el caso.

Es en esta década donde empieza también a desarrollar su otra faceta destacada dentro del mundo del cine, la de director. Lo hizo con Escalofrío en la noche, que tuvo buena aceptación, aunque sus trabajos más taquilleros los hizo a las ordenes de otros directores, como las ya mencionadas películas de Harry el sucio o La fuga de Alcatraz.

Los 80 sigue siendo una década de éxito para Eastwood en lo comercial con peliculas como Firefox, su regreso al western con El jinete pálido y El sargento de hierro. El sargento Tom Highway, veterano de las guerras de Vietnam y Corea, vuelve a los Estados Unidos para llevar a cabo una misión nada fácil: instruir a un grupo de novatos desmotivados e indisciplinados para convertirlos en auténticos marines.

Llegamos a la década de los 90 y se confirma algo que ya se había visto en la década anterior; Eastwood tiene talento para contar historias. Sin embargo en esta década hay un salto cualitativo que empieza a asociar su nombre con el de algunos de los grandes directores de la historia. Su estreno en la década vino precisamente con el homenaje a John Houston en Cazador blanco, corazón negro. Llegaron también en esta década Medianoche en el jardin del bien y del mal, Poder absoluto y su incursión en el cine romántico con Los puentes de Madison; sin embargo en esa década me quedo con su último western, su Oscar como director y el regalo para el público que supuso 'Sin perdón'.

En la cinta, William Munny es un pistolero retirado, viudo y padre de familia, que tiene dificultades económicas para sacar adelante a suS hijos. Su única salida es hacer un último trabajo. En compañía de un viejo colega y de un joven inexperto, Munny tendrá que matar a dos hombres que cortaron la cara a una prostituta.

La década del 2000 nos deja a un Clint Eastwood tocado con la varita del éxito de crítica y público, con algunas películas que son sencillamente impresionantes, Invictus, Gran Torino, Cartas desde Iwojima y Banderas de nuestros padres, Mystic River y la película que Isabel Coixet no quiso dirigir y que ganó 4 Oscar, Million Dollar Baby.

Después de haber entrenado y representado a los mejores púgiles, Frankie Dunn regenta un gimnasio con la ayuda de Scrap, un ex-boxeador que es además su único amigo. Frankie es un hombre solitario y adusto que se refugia desde hace años en la religión buscando una redención que no llega. Un día, entra en su gimnasio Maggie Fitzgerald, una voluntariosa chica que quiere boxear y que está dispuesta a luchar denodadamente para conseguirlo. Frankie la rechaza alegando que él no entrena chicas y que, además, es demasiado mayor. Pero Maggie no se rinde y se machaca cada día en el gimnasio, con el único apoyo de Scrap. 

En esta última década que acabamos de cerrar Eastwood ha dejado de salir delante de las cámaras excepto en Golpe de efecto y hace dos años en La Mula. Aun así tenemos también, la biografía de Edgar Hoover, la adaptación del musical Jersey Boys y una serie de películas sobre la vida real de héroes américanos que han sufrido también la injusticia en sus carnes como El francotirador, Sully y su última película Richard Jewell. 90 años para Eastwood e historia del cine que esperemos siga llegando porque como él ha comentado, tiene varios proyectos en mente.

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