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#LaMoviola: Había una vez un circo

La historiadora Ana Asión repasa en 'Escúchate' de Aragón Radio las últimas décadas del siglo XX

ARAGÓN CULTURA /
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Los Payasos de la tele condujeron durante la década de los años setenta el programa infantil El gran circo de TVE, uno de los espacios más emblemáticos de la historia de la televisión. Estaba formado por Gaby, Fofó, Miliki y Fofito. Cuando murió Fofó en 1976 fueron tres, hasta que en 1977 entró Milikito.

Tenía cuatro partes: Presentación -gag cómico-, Número circense -espectáculo de circo (trapecistas, malabaristas,…)-, La aventura -sketch de los payasos en escenas cotidianas- y la despedida -canción-. En las Navidades de 1974 y 1975 emitieron el programa Cantar y reír de lunes a viernes (30 min.), con canciones y juegos. En 1972 se estrenó además la película argentina Había una vez un circo, en la que aparecían los propios payasos (Gaby, Fofó, Miliki y Fofito).

En fechas más recientes apareció Pájaros de papel (2010), opera prima de Emilio Aragón y obra autobiográfica inspirada en los recuerdos de su padre, el payaso Miliki. De hecho, es a su padre al que dedica los últimos minutos del filme, en la forma de un emocionante monólogo-testamento. Hay que tener en cuenta además que el padre de Miliki era Emilio Aragón Foureaux, “Emig”, conocido miembro del grupo de payasos Pompoff, Thedy y Emig.

Cuenta la vida de unos artistas de varietés en la España de la posguerra. La historia se centra en el actor y músico Jorge del Pino (Imanol Arias) y el ventrílocuo Enrique Corgo (Lluís Homar), que acaba de hacerse cargo del pequeño Miguel (Roger Princep), un huérfano que quiere ser artista -papel con el que se homenajea a Miliki- y la cupletista Rocío Moliner (Carmen Machi).

Cine y circo: de Carne de fieras (1936, Armand Guerra) a Balada triste de trompeta (2010, Álex de la Iglesia)

La Filmoteca de Zaragoza tiene el honor de haber recuperado el film anarquista y maldito -comenzó a rodarse el 16 de julio de 1936, pero por causa de la sublevación militar en España la filmación se interrumpió, concluyendo ese mismo año- Carne de fieras (1936, Armand Guerra).

Sus 42 rollos de metraje se encontraban en la colección privada del actor, director y representante de artistas Raúl Tartaj. Fueron adquiridos en 1991, encargándose Ferrán Alberich y Ana Marquesán de terminar de montar esta “rareza” de la cinematografía española. En la película se aprecian secuencias completas donde aparecen desnudos -una de las protagonistas baila sin ropa dentro de una jaula de leones-. Pablo es un boxeador casado con Aurora, una cantante de varietés.

Más adelante, encontramos cómo en los años sesenta se realizaron varias películas que trataron el tema circense. Desde Pelusa (1960, Javier Setó), que contaba la historia de una adolescente -papel interpretado por Marujita Díaz- que vive y trabaja en un circo; pasando por Salto mortal (1962, Mariano Ozores) - sobre las penurias de los artistas de un modesto circo ambulante-; hasta llegar a Zampo y yo (1965, Luis Lucia).

En esta última, Ana Belén es joven madrileña que un día decide irse a ver una función de circo. Allí conoce a un niño, Manolo, y al payaso Zampo. Aunque fue un fracaso en su día, su éxito posterior llegó al tratarse del primer trabajo cinematográfico de la cantante y actriz, quien al principio iba a recibir el apodo de María José.

En 2010 Álex de la Iglesia estrenó Balada triste de trompeta, una cinta que arranca en 1937, cuando tropas republicanas irrumpen en un circo para reclutar a sus empleados para luchar contra las tropas nacionales; trasladándose después a los últimos años del franquismo para contar el triángulo amoroso entre dos payasos (Carlos Areces y Antonio de la Torre) y una trapecista (Carolina Bang). El título procede de una canción de 1969 del cantante Raphael.

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