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La Torre Nueva perdura en la memoria de los zaragozanos

El programa de recuerdos de Aragón TV ‘Vuelta atrás’ revisó su historia

ARAGÓN CULTURA /

La Plaza San Felipe de Zaragoza es una de las que conserva en gran medida su aspecto tradicional. Siempre ha sido uno de los espacios más importantes de la ciudad, pero en 1892 quedó huérfana con el derribo de La Torre Nueva. Situada delante del Torreón Fortea, fue la más famosa torre mudéjar de la capital aragonesa, y se decidió construir en 1504 para mostrar el esplendor que tenía en ese momento Zaragoza.

Debía ser una gran torre que tuviera reloj para ofrecer la hora oficial y se convirtió en todo un emblema para la ciudad. Siempre la rodeó una gran ambición porque debía además superar en belleza a cualquiera que existiera hasta el momento.

Con los años, desempeñó un papel clave en la vida cotidiana de los habitantes de Zaragoza, que sin embargo vieron cómo un día empezó a inclinarse hasta desviarse respecto a la vertical casi tres metros. Los expertos explican que las ansias por construirla no permitieron que los ladrillos secaran convenientemente y aunque se analizaron y estudiaron las posibilidades de caída, no se actuó sobre ella hasta 1892, cuando se decide demolerla para evitar el daño que algunos consideraron que provocaría.

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