La nueva normalidad en el cine

Desde el pasado 13 de marzo las colas en taquilla han desaparecido y el olor a palomitas ya no invade las calles que hace poco tiempo daban vida a nuestros cines. Y es que las salas del séptimo arte han cerrado sus puertas. Desde la fase 2, el Gobierno ha permitido la reapertura de los cines adaptándolos, eso sí, a la nueva normalidad a la que se enfrenta la sociedad. Aun así, las proyecciones siguen detenidas a la espera de que las distribuidoras arranquen.

Todas las salas de cine españolas están a la espera de saber como actuar ante las medidas establecidas por el Ministerio de Sanidad. Se podrá cubrir únicamente un tercio de su aforo o en su defecto, un número máximo de 50 personas. La asignación de las butacas se decidirá en la preventa de las entradas para evitar aglomeraciones en la taquilla. A su vez, el bar dispondrá de mampara y distanciamiento social y, al igual en el resto de establecimientos, se pondrá a disposición de los asistentes un gel desinfectante. Pero aún hay dudas en el aire que no se han resuelto. ¿Pueden los familiares y amigos sentarse juntos o tendrán que cumplir con la distancia de seguridad recomendada? ¿Cuándo comenzarán las distribuidoras principales a difundir las obras ya realizadas?

Esta larga lista de medidas que envuelven al cine ha llevado a que la mayoría de estos centros de la comunidad aragonesa decidan aplazar su apertura. Y se habla de mayoría porque este pasado fin de semana el Circuit Urgellec ha reabierto 4 cines en distintas poblaciones aragonesas: Boltaña, Tamarite de Litera, Sariñena y Mequinenza. En todo caso, deberemos esperar un poco más para volver a gozar del séptimo arte en la gran pantalla aragonesa, concretamente hasta finales de junio.

Sobre esas fechas, se prevé el primer estreno de un film español en los cines: La cinta de Alex, una película dirigida por Zoe Alameda. Veremos cómo se adapta a las imprevistas medidas de seguridad que ha traído consigo la COVID-19. De momento, lo que es una realidad es que las mascarillas y la distancia social parecen haber venido para quedarse, pero el rodaje de series y películas no está hecho ni adaptado para estas normativas. Aun así, los actores deberán mantener metro y medio de distancia y cada uno tendrá un micrófono asignado. A su vez, el equipo utilizado y los sets, deberán ser desinfectados tras cada rodaje, aspecto que complica e incrementa el coste de producción de las cintas.

La cinematografía va a encontrar algunas piedras en el camino para salir de esta crisis. Pero la creatividad de los artistas y las ganas del público la ayudarán a sortear estos obstáculos y así ver la luz al final del túnel.